Considerando; que en esto de escribir historias tiene que haber ‘de tó’, como en la vida misma; considerando; que la fiesta de los toros tiene hoy tendencia a la baja y que los toreros ya no tienen tanto protagonismo como tuvieron ayer y anti ayer , pues… habiendo encontrado un ‘algo’ describo cierta novillada que hubo en la Plaza de Toros de Segovia en abril de 1899. La reseña del espectáculo la firmaba ‘Pepe’ y se publicó en el Diario de Avisos. No le falta de ‘na’.
‘Créanme que no sé como titular la ‘no’ novillada que se celebró el domingo. Porque igual que aquello no se ha visto ni se verá ¡Como que fue el acabose! Les digo que la corrida resultó interminable y desastrosa. Seguramente no se registrará en los anales del toreo fiesta más pesada ni en que hayan abundado mas las cogidas con y sin consecuencias.
En los dos toros lidiados, estoqueados o pinchados por ‘El Toledano’ se invirtieron ¡tres horas! Sin que ello pudieran evitarlo los avisos de la presidencia y las protestas del público. El torero estuvo desdichadísimo, aunque no con tanto miedo y cobardía como sus compañeros. Por ello pudo acabar con el primero, que era rojo y no de mala estampa –‘Buscavidas’, de la ganadería de Baeza, era su nombre-, después de dos pinchazos, una pescuecera, casi orejera y una media estocada. Lo de las banderillas de sus ayudantes no lo describo.
El segundo torete era de peor facha, muy cornalón y marrajo, buscaba las chichas de los muchachos. De tal modo que el miedo les impedía acercarse al toro. Para ‘rematar’ recibió de El Toledano siete u ocho pinchazos en diferentes sitios. Ninguno de ellos, por supuesto, en el lugar que mandan los códigos taurinos. Como no hubo forma de estocada certera y a ‘Contite’ sólo le pudieron poner una banderilla, a petición del público terminó sus días en los corrales, donde le acompañaron a morir los pacientes cabestros.
Durante la lidia del referido fue cogido aparatosamente ‘El Casaca’, resultado con varetazo en el escroto de pronóstico reservado. Pasó a la enfermería y tendrá que pasar después por la sastrería.
‘El Llaverito’ también fue volteado (sin consecuencias); ‘El Herrero’, acabó en la enfermería con una fuerte contusión y heridas en rodilla, lo que le impidió continuar.
Después de la cogida en el ruedo solo había desconcierto; el callejón era para los chicos callejón sin salida, porque al saltar todos hacían carambola por tabla y no podían salir solos; la suerte de banderillas una desgracia; tocar a matar, era torear a suicidarse, el espada…
Los diestros, valga la frase, que no visitaron la enfermería, fueron cogidos en diferentes ocasiones, por más que lo fuera sin consecuencias graves. En fin. La novillada acabó cerca del anochecer por aburrimiento del público. Presenció el duelo el concejal Eleuterio Ondero. La entrada fue buena y la tarde hermosa.
El relator acaba la crónica con el siguiente ‘poema’:
‘A las cuatro era un infierno nuestro circo segoviano;
El sol era de verano y los toreros de invierno’.
Parte médico: ‘El espada José Pérez ‘El Casaca’, herido en la novillada del día de ayer, salió hoy en regular estado, para Madrid, en el tren de la madrugada con el resto de la cuadrilla, entre los que había varios lesionados’.
A otra cosa
Permítanme. Metido de refilón en tema de toros (1), por más que de y sobre ello entienda poco tirando a nada, amplío lo ya descrito con unos breves para culminar ‘faena’ ¡Va por usted maestro!
Un poco antes de ahora, 16 de septiembre de 1613, se programa corrida en la Plaza Mayor en homenaje a la Virgen de la Fuencisla. Los toros, seis, así lo anunciaba el ‘programa’, habían sido criados ‘en la ribera del Duero’. La lidia la hicieron frente cuatro ‘toreadores’. Como nota ‘gráfica’, dejar constancia que uno de los toros fue lidiado a caballo ‘por un personaje de la alta nobleza segoviana’, del que se ahorraron el nombre. Fuere por omisión o por que la familia no lo supiera.
Los que de estos temas saben y conocen en la ciudad, recordarán que a principios del siglo XX la Plaza de Toros de aquí la llevaban en arriendo la empresa Velasco y Alonso, S.L. (Tomás Velasco y Ricardo Alonso), que a su vez hacían lo propio con el cine/teatro Cervantes, el Sirenas, el teatro Juan Bravo, la sala de fiestas ‘Las Vegas’… Con ellos, es esa función, toreó en la referida un novillero de nombre Manuel Lozano Martín, empresario de la plaza desde 1969, con un porcentaje de los propietarios del hotel Victoria.
No pasaría entonces por su cabeza el ser un día propietario de esa misma plaza. Pero lo fue. Se unió para ello con Palomo Linares, ‘para –dijo después-, poder hacer frente a las hipotecas que tenía el recinto’. Lozano fue, es, genuina figura de los toros en España. Botón de muestra. A lo largo de su vida regentó además de dos docenas de plazas en España, siete en Colombia, una en Ecuador y la de Tánger. Esta última, con 13.000 localidades, que llevaba años sin abrir sus puertas, la rehabilitó en 1970, gastando millones de pesetas. Llevó a ‘El Cordobés’, éste no cobró y los graderíos estuvieron al completo. En la actualidad es propietario de las plazas de Segovia y Baeza.
En ‘voz baja’ les cuento que el Impuesto de Bienes Inmuebles (el ‘malnacío’ IBI), grava la plaza de toros de Segovia en más de 4.000 euros al año. Y sin actividad. No puede extrañar a nadie que la propiedad anuncie la posibilidad de alquilarla para diferentes eventos.
Él, Manolo Lozano, 93 años de historia de una larga vida, sí es merecedor de salir a hombros por la puerta grande.
========
(1) Con mi reconocimiento como lector a la magistral información que de y sobre el planeta taurino lleva a cabo en este diario Alejandro Martín. El periodista deja constancia en sus crónicas el gran conocimiento que del toreo tiene. Magistral.
