Con cierta frecuencia utilizamos frases muy populares, de uso corriente en nuestro idioma, cuyo origen por lo general no está muy concretado, pero lo cierto es que el pueblo, es decir, nosotros, no renunciamos a ponerlas en nuestros labios en momentos que consideramos precisos. A este respecto menciono, como ejemplo, ese dicho de que “no hay nada nuevo bajo el sol” o “la historia se repite”.
Yo creo en el contenido de dichas expresiones, porque si miramos a nuestro alrededor, o si volvemos la vista hacia la historia de las naciones, en ella se contienen episodios que, pasados muchos años, incluso centurias, se repiten, aunque sus contenidos no sean exactamente iguales, pero sí muy parecidos.
Tengo a la vista una copia de la primera página de una histórica publicación local, “Heraldo segoviano”, que fundó un hombre también histórico en la provincia como impresor, periodista y músico, llamado Carlos Martín Crespo. Un nieto suyo, amigo, me hace llegar la copia a la que me refiero y que corresponde al número 12 de dicho diario, con fecha 18 de Octubre de 1926. Está impreso, naturalmente, en el taller tipográfico que Carlos Martín tenía entonces en la calle de Infanta Isabel (según reza en la cabecera), y en esta primera página se inserta un comentario del propio impresor, fundador y director del periódico que, bajo el epígrafe “Problemas sociales”, titula “No es pintar como querer”. Los primeros párrafos son muy expresivos: “El viejo aserto de que España es uno de los países más ricos en legislación y acaso el en que más se vulneran y se desconocen las leyes”. Agrega que en aquellas fechas hacía más de 30 años que se comenzó a legislar en materia social, pero que hasta ese momento en que los obreros habían comenzado a movilizarse, nada se había hecho. Agregaba: “Me sugiere estas reflexiones una reciente Real orden publicada por el Ministerio de la Gobernación, dictando reglas para combatir la tuberculosis, esa terrible dolencia social, que diezma a la humanidad y causa más víctimas que una guerra y que una peste”. Sigue el comentarista diciendo que el Gobierno ha dejado recaer la mayor responsabilidad en la acción en las diputaciones y ayuntamientos, a lo que añade: “Si se quiere atajar el mal de raíz, y si verdaderamente están convencidos los gobernantes de que es preciso redimir al pueblo de esta dolencia que le aniquila, lo más práctico sería que el remedio viniera directamente de arriba y no se encomendara a las diputaciones y ayuntamientos”.
Aplico esto a lo que decía como introducción de este comentario de que no hay nada nuevo bajo el sol y de que la historia se repite con mayor o menor parecido. Este es el caso de ahora, pienso, o muy similar.
Pero es que, además de este comentario sobre la actualidad política de aquel momento, de Carlos Martín (sobre cuya vida y trabajos puede consultarse la biografía publicada en el libro de la Real Academia de Historia de San Quirce “Segovia 1900-1936. Diccionario biográfico”), en esta referida primera página del “Heraldo segoviano” hay otras noticias relacionadas con más personajes segovianos. Por ejemplo, se informa de que por una suscripción popular impulsada por la Diputación, se había adquirido una guitarra con destino al folclorista Agapito Marazuela. También se anuncia en otra nota que la Unión General de Trabajadores y el partido socialista encargaban al escultor sepulvedano Emiliano Barral la construcción, en el cementerio civil de Madrid, de un monumento funerario en recuerdo al líder del socialismo español Pablo Iglesias, a la vez que la sociedad madrileña de albañiles de Madrid “El Trabajo” le encargaba otro dedicado “al ilustre doctor don Jaime Vera, de tan grata memoria entre los trabajadores madrileños”. Se incluye también en esta “primera” otro comentario editorial reclamando la construcción de la Casa de Correos, para cuyo proyecto el Ayuntamiento había cedido unos terrenos situados entre las plazas de San Facundo y Doctor Laguna. Y se completa la página con un breve poema de la poetisa Lucía Calle de Casado titulado “De la vida”.
¡Cuántos curiosos recuerdos surgen cuando se echa la vista atrás! Y otros que dan ánimo, como escuchar a nuestro amigo Ismael, en su disco “Ismael en España”, con el poema de Rafael Alberti: “Creemos el hombre nuevo,/cantando./El hombre nuevo de España,/cantando./El hombre nuevo del mundo,/cantando./ Canto esta noche de estrellas/en que estoy solo, desterrado./Pero en la tierra no hay nadie/que esté solo si está cantando.”
