Aquí, sin más preámbulo, comienza lo serio, lo guay, lo interesante. Lo que considero el meollo (‘masa de tejido nervioso que se encuentra en el interior del cráneo’, entre otras definiciones), cuyo origen tiene fecha concreta: 18 de octubre de 1729 (1) y como protagonistas directos la Ciudad, a través de su Ayuntamiento, y la Virgen de la Fuencisla.
Día de la semana, Martes tarde. Lleno en el Santuario. La Ciudad hacía entrega a la Patrona de un regalo consistente en una ‘cama de plata’. Su coste total 104.499 reales ¡Pasta gansa! Los del Ayuntamiento realizaron el encargo a través de escritura y compromiso de ejecución. Como debe ser cuando en nombre de los ciudadanos se toman decisiones. Este fue firmado en Valladolid el 10 de agosto de 1726. Las medidas de la ‘cama’: seis varas de alto (144 centímetros) y un pelín menos de ancho. Su peso era de 500 marcos (unidad de medida) –un marco igual a 0,23 kilogramos-. La traza fue del tallador Diego de Cosa, que lo era de Felipe V. Quien desarrolló el proyecto fue el vallisoletano Juan Álvarez de Cartavia. Todas las partes cumplieron.
Los del Ayuntamiento justificaron el acuerdo: ‘En agradecimiento a los favores que por su mediación fueron concedidos al pueblo segoviano’. Y como iban en serio se pusieron en contacto con Antonio de Salcedo Vélez y Ladrón de Guevara, regidor perpetuo de Segovia y vecino de Valladolid, para que ejerciera la representación y gestionara.
Ahí, en cuatro líneas y media, o así, queda detallado el regalo y su historia. Ésta es mucho más amplia en sus prolegómenos y detalles ‘técnicos’, pero considero que hay otros ‘detalles’ posteriores que merecen atención.
Señoras, señores, desde hace ‘la tira’ de tiempo escritores e investigadores (2) se han formulado esta pregunta… ¿dónde se encuentra la cama o camón? Pues no se sabe. No aparece entre el inventario de los regalos a la Patrona. Y no se trataba del ‘detallito’ de unas vinajeras. Que no. Fue un auténtico regalazo de la Ciudad, que, pese a lo que dejara escrito Tomás Baeza, canónigo que era entonces de la Catedral de Ciudad Rodrigo, lo pagó íntegro. Él escribe que el obispado aportó 12.000 reales.
Permítanme que, al hilo de la pregunta, abra una ventana a las hipótesis que se han formulado –que yo haya visto-, para resolver el enigma de ¿dónde está la ‘cama’? Allá que te va:
-Con la llegada y ‘asentamiento’ del ejército francés a Segovia, las alhajas (muchas) del Santuario las trasladaron a la Catedral y entre ellas pudiera estar la ‘cama’. Lo que sí es seguro es que en el mismo desplazamiento ‘viajaron’ quince lámparas de plata (3).
-Hay quienes vuelven a 1836 y ven posible que la desamortización de Mendizábal estuviera en el ‘tejemaneje’.
-Otros, los más, que fue el obispo ¿Martínez Escalzo? quien autorizó al Administrador del Santuario su venta, por valor de 60.000 reales, para la posterior confección de un rostrillo (4) con diamantes. Para ello hubo de deshacer unas alhajas que, se justificó, ‘no eran necesarias ni para la Virgen ni para él culto’. Este trabajo fue realizado por el orfebre Diego de Castro. Obra que terminó en Madrid en 1768. Coste total: 88.701 reales. Por la venta de las alhajas se habían conseguido 48.619. El resto se entregó a tocateja. Puede que la decisión tomada lo fuera por el hecho de que había desaparecido, con anterioridad, en el Santuario otro rostrillo de plata de un gran mérito artístico…
Puede ser por lo descrito o no, mas y por si de interés fuere para el lector les ‘transmito’ lo que dejó escrito el presbítero y profesor del Instituto, José Losáñez: ‘…antiguamente ardían de continuo en la capilla mayor de la Virgen 25 lámparas de plata. Una de ellas, la más grande, tenía 25 luces. Esta se vendió, año 1772. Tenía un peso de 1.154 onzas. Las demás se las llevaron los franceses durante la Guerra de la Independencia’.
P.D. Dentro del contexto de lo descrito considero que no tiene ninguna importancia que les describa… ¡yo tampoco sé del paradero de la ‘cama’! Nunca la llegué a ver, pese a haber desempeñado –niñez pura y dura- puesto de monaguillo ‘profesional’ en el Santuario, (25 céntimos por ‘ayudar a misa’ y el doble si había boda), a mediados del siglo XX. Doy fe.
Pues, ahí queda la pregunta. Si alguien sabe algo de la ‘cosa-cama’ y su paradero que lo diga. Porque, óigame, estoy en un sinvivir.
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(1) Ese mismo hizo su entrada triunfal en Madrid, Felipe V. Unos días antes había abandonado Versalles, lugar de nacimiento, para ser Rey de España.
(2) Entre los que yo he seguido se encuentran Marcelo Láinez, Mariano Quintanilla (ambos en Estudios Segovianos), José Losáñez (‘Noticia Histórica del Santuario de la imagen de Nuestra Señora de la Fuencisla’. Año 1861). Emilio G. Rodríguez (‘Cultura Segoviana’, año 1932), Gabriel Mª Vergara (datos recogidos del Archivo Municipal de Segovia)…
(3) Los franceses definían el expolio –qué ‘finolis’- como ‘incautación oficial’, con la excusa de posteriormente crear un Museo Nacional en Madrid semejante al Josefino del Lovre. Fue otra de sus grandes mentiras.
(4) Rostrillo. Se define, dentro de las cofradías, al adorno que se coloca alrededor de la cara de las imágenes de la Virgen y que tiene su origen en ese mismo adorno que se colocaban las mujeres rodeando el rostro para enmarcar la cara y tapar el pelo, cuando quedaban viudas.
