‘Es el periodista un activo servidor de la idea. Él ha de recoger los sucesos y, vivos aún, cuando llevan por su frescura la inmediata certificación, transportarlos al periódico, del cual puede recogerlos la historia para realizar esa misteriosa función de la especie humana… atesorar experiencias y enseñar. Perpetuar recuerdos para el porvenir’.
(José Zahonero. Escuela de Periodistas y Periodismo. Revista Política y Parlamentaria. Madrid 1899).
En ese descrito camino nos encontramos. En el de buscar noticias de ayer que escribieron otros y transportarlas, ponerlas en valor, a la realidad de hoy. ¿Interesante? Usted dirá.
Viaje de una pintura
En enero de 1936 la viuda del pintor Maurice Fromkes, Eva Maryan Halle, notificó al Ayuntamiento de Segovia el envío de un cuadro desde Norteamérica. El Ayuntamiento solicitó a la Dirección General de Aduanas franquicia arancelaria. Este llegó a España, vía Barcelona, habiendo sido la petición aceptada.
El cuadro tuvo entrada en el Ayuntamiento de la ciudad el 25/2/1936. Fue entregado por la viuda del pintor al alcalde Reguera. Eva ‘justificó’ el regalo con estas palabras: ‘en gratitud a la placa que el Ayuntamiento puso en la fachada de nuestra casa, en recuerdo y agradecimiento’.
El cuadro, que fue colocado en el despacho de la alcaldía, representa una preciosa zagala segoviana.
En marzo del referido año la Ciudad aprobó dar el nombre de jardines de Maurice Fromkes a los de la parte alta de la calle Doctoral. Muy cerca de la casa (final c/ Velarde), en la que residió el matrimonio.
Mesas en la calle
Si se describe lo siguiente es por ser un hecho que supera lo anecdótico para ocupar la categoría de primera noticia de su género. O eso creo. Fue en la sesión del Ayuntamiento de 6 de junio de 1891. En el apartado de petición/solicitud se estudia la presentada por dos empresarios hosteleros de la ciudad. El del Café Manzanares, Bernardo Manzanares, se fundamenta en poder situar sillas y mesas ‘entre los pilares de los soportales’ de la Plaza Mayor. Hubo ‘acierto’ pleno entre los concejales que conceden la petición de forma unánime. Si bien con una coletilla: ‘sin que el mobiliario pueda interrumpir el libre tránsito de personas’. Bien por la ‘coletilla’.
Era esta la primera vez que la hostelería ‘plantaba’ mesas en la Plaza de Segovia. Zona donde ahora se ‘asienta’ un banco.
Otra petición fue la formulada, en misma fecha, por Miguel Peláez, dueño/propietario del Café San Martín, que tenía dos ‘vertientes’. Una, poder cambiar el referido nombre industrial por el de ‘Café Segoviano’ y, otra, poner el escudo de la ciudad en la entrada de su establecimiento. Ambas concedidas. Las obras en el referido fueron muy importantes.
Permítanme que prosiga con ‘la cosa’ municipal aprovechando que nuestro rio Eresma lleva ahora más de dos litros/segundo. O por razón análoga. Se trata de un acuerdo tomado por la ‘asamblea’ concejil el 25 de mayo de 1888, siendo alcalde Francisco Pérez Castrobeza. El señor secretario leyó, para mejor entender, la siguiente proposición de la alcaldía: ‘Que se retire del salón de Sesiones el retrato del malogrado Alfonso XII y se sustituya con el de su hijo Alfonso XIII (rey/niño entonces), por crear algún inconveniente, después de haber transcurrido dos años, y que el Ayuntamiento se vea presidido por un difunto’.
Ni una sola voz en contra. No hay nada como utilizar las palabras justas para mentes preclaras.
Pregunta/trampa
Voy con una pregunta de curso de educación primaria, acogiéndome a la ley de educación que fue consensuada por todos los grupos políticos en una equivocación sin precedentes —ni antecedentes—, en los tiempos de … ‘vaya-usted-a-saber’, pues no quedó reflejada en el libro de sesiones.
Dice así: ‘En el siglo XIX (por 1887) había una fábrica de papel, ubicada en la calle Cantarranas, esquina a San Antón, que disponía de un salto de agua de la que circulaba por el río Clamores ¿Sabrían el nombre de la referida fábrica?’
Sin querer interferir en la solución del ‘enigma’, por no fastidiar el articulado de la ley, daré una mínima pista: referencia a una mujer y santa que mucho después tuvo relación con premios.
En el supuesto de no acertar, sepan que la posterior ley, ya a dedo o parecido, le permite hacer las trampas que quieran. Todos/as pasarán a la siguiente y facilona pregunta, y recibirán un estímulo al esfuerzo ¡Y olé!
