En las últimas semanas advertí en esta columna que el PP convocaba de forma anticipada las elecciones autonómicas en Castilla y León, la semana de la aprobación de los presupuestos para 2022, por todo menos pensando en la estabilidad, la recuperación y en la ciudadanía. La escalada judicial en primavera de sus cargos por la corrupción que de forma permanente asola a los populares, y sobre todo, las guerras intestinas entre Casado y Ayuso, precipitaron esa convocatoria y que Mañueco obedeciera a Casado, pero unos días después se evidenció lo acertado del análisis. Realmente han jugado con la gente como estrategia electoral partidista, para conservar el sillón y ahora se dan cuenta de que han generado más inestabilidad.
La responsabilidad ahora es suya para formar gobierno, aunque todos sabemos que antes de la cita electoral viendo sus encuestas, ya tenían claro que gobernarían con la ultraderecha, lo único que falta es que Mañueco se retrate y lo verbalice. La posición del PSOE es clara, si el PP como cualquier otro partido de centro derecha en Europa, así lo considera, estamos dispuestos a hacer un cordón sanitario a la ultraderecha, en todas las instituciones, por las políticas de retroceso que defienden. No es baladí, quieren que retrocedamos cincuenta años y perdamos derechos.
El centro derecha necesita un partido estable y responsable
Pues bien, sin ser adivino, simplemente como analista político, en esta columna pueden comprobar como siempre indiqué, que el señor Pablo Casado, era sólo de momento, el líder del PP, porque su irresponsabilidad con España, le pasaría factura, y a la vista de los últimos acontecimientos, y lo digo con profundo respeto a las decisiones en los senos de los partidos democráticos (otros hacen lo contrario), tiene una situación crítica. El centro derecha necesita un partido estable y responsable.
Por otra parte los socialistas, seguimos ofreciendo estabilidad, responsabilidad y políticas para asentar nuestro estado de bienestar y la recuperación justa por los efectos del Covid. Esa es nuestra mayor preocupación, transformar el país a mejor. El lunes se firmaba el Protocolo Estratégico para Reforzar el Compromiso Social y Sostenible de la banca, para garantizar que los mayores reciban un trato personal, humano y de calidad en los servicios bancarios, tanto presenciales como telefónicos.
Todo ello en una provincia donde el 80 % de los municipios no tienen oficinas bancarias y en donde el PP en la Junta no ofrece ninguna oferta de mejora.
El Consejo de Ministros del viernes ha aprobado la reforma de la Ley de Ciencia y Tecnología e Innovación para dotar de más recursos, derechos y estabilidad al personal de I+D+I, lo que supone un avance importante y que después tendrá su recorrido parlamentario para aprobarlo como ley.
Ayer mismo se aprobó la subida del Salario Mínimo Interprofesional a 1.000 euros, lo que supone que dos millones de trabajadores, sobre todo mujeres y jóvenes, vean dignificados sus salarios. Esto es cumplir, avanzar y dignificar, una vez más, a la clase trabajadora y a la media. Otros defienden soflamas de falso patriotismo, pero luego votan en contra de las mejoras de las condiciones de los trabajadores en el Parlamento. La realidad es que el programa ultra conservador y autárquico de la ultraderecha de Vox, si se aplicara condenaría a los trabajadores a la indigencia y a las empresas a la exclusión europea y mundial.
Por eso, con más vehemencia que nunca, apelo a la “estabilidad y la responsabilidad” política y gubernamental, y a los hechos me remito.
(*) Diputado del PSOE por Segovia.
