La consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, reclamó apartar de los fondos de la PAC a los propietarios de explotaciones que perciben ayudas sin que produzcan nada en ellas y se discrimine positivamente a aquellos cuya actividad principal sea la agricultura y la ganadería. Así, estableció tres rangos o escalafones sobre los perceptores de fondos: aquellos que se dedican principalmente al sector primario, a quienes, según dijo, hay que darles prioridad en el acceso a las ayudas; aquellos que producen aunque su actividad fundamental no sea la agraria, que también deben tener derecho a fondos y, por último, quienes tienen fincas, pero no las siembran que, sostiene, «no deben tener cabida en el modelo de ayudas de la futura PAC». Con este esquema, Clemente insistió en que cualquier cifra de los futuros fondos que reciba la Comunidad por debajo de mil millones de euros será un fracaso, por lo que la Junta no aceptará menos de ese dinero.
«No podemos percibir menos de esa cantidad, porque por debajo será muy difícil gestionar el futuro del campo en Castilla y León, pero también en España, y eso es lo que no puede permitir el Gobierno. La aspiración más importante es que la PAC se mantenga, incluso con más recursos económicos de los que tiene», manifestó Silvia Clemente en los Desayunos de Ical, un formato en el que la consejera de Agricultura respondió a las preguntas de directivos y profesionales del Grupo Promecal. La consejera argumentó que con estas bases, la PAC convertirá a la agricultura y ganadería en un sector «más amplio, más diverso y productivo».
Clemente aprovechó el foro para describir y concretar la postura que mantiene la Comunidad en cuanto a las vertientes más importantes de la propuesta de reforma de la PAC. Así, se pronunció en la línea de eliminación progresiva de los derechos históricos que plantea la Comisión Europea. De este modo se sustituiría por la implantación de una ayuda básica que disponga de complementos «que atiendan a los costes de producción», es decir, que a un agricultor de regadío o un ganadero, que tienen costes más elevados, esa ayuda básica se le complemente para compensar esos costes. En realidad, comentó, «da igual» cual sea el criterio de reparto, sino que lo importantes es que se establezca una ayuda proporcional a ese coste.
La consejera de Agricultura se mostró también contraria a establecer un límite máximo de ayudas porque «no tiene sentido y no es eficaz para Castilla y León» ya que las explotaciones que quedarían fuera «son una minoría». Del mismo modo, rechazó la posibilidad de incluir más complementos medioambientales «si no hay más dinero». «Eso es irrenunciable. Tal y como está la comunicación de la Comisión Europea respecto a la PAC, no aceptaremos más requisitos verdes si no hay más fondos», remarcó en los Desayunos de Ical.
Del mismo modo, la titular de Agricultura dice no a la modulación de las ayudas para detraer fondos de los agricultores y ganaderos en beneficio del desarrollo rural. A su juicio, tiene que ser un «compromiso» de todas las políticas, tanto las europeas como nacionales, que tienen que vincularse con el desarrollo rural, «porque si a los profesionales agrarios y ganaderos se les restan ayudas a la producción, se les hace menos competitivos, porque son trabajadores con menos ingresos que los de las ciudades», y el objetivo de la PAC tiene que ser «complementar rentas necesarias para vivir dignamente en el campo». «Si los profesionales agroganaderos no tienen rentas dignas, ello puede imposibilitar el relevo generacional», comentó.
Silvia Clemente defendió que la nueva Política Agrario Común debe ayudar a «transmitir» a la sociedad la realidad sobre la PAC, es decir, que no es una política de subvenciones, sino que está encaminada a garantizar alimentos para «consumir con seguridad y garantía». «Todos tenemos que ser corresponsables y comprometidos, porque si hay algo que hacemos todos los días es comer», remarcó la titular de Agricultura del Gobierno regional quien llamó la atención sobre el hecho de que el 85 por ciento de los ciudadanos europeos no conocen la PAC, cuando es la política «más importante de Europa», a la que se destina el 40 por ciento del presupuesto.
En este sentido, defendió su vigencia e insistió en que para garantizar el abastecimiento de Europa es «fundamental» que los recursos económicos «vayan a más y nunca a menos», y para ello es «imprescindible» la PAC. Lo es también, dijo, porque es necesario acabar con la brecha de renta entre los trabajadores del campo y los de la ciudad, de modo que los primeros tienen unos salarios un 40 por ciento inferiores a los urbanos. En ese sentido, abogó por conseguir un escenario «atractivo» para que los agricultores y ganaderos se quieran quedar en el campo, algo que «solo es posible a través de la PAC». En realidad, dijo Clemente, a los europeos «no les cuesta tanto mantener esta política, dirigida al abastecimiento y seguridad alimentaria». En concreto, habló de 30 céntimos de euro al día por ciudadano, lo que sirve para superar los 55.000 millones que se dedican a esta política en total (cuatro de cada diez euros del presupuesto global).
