Ustedes, que son muy inteligentes, habrán intuido rápidamente que el título de esta columna se refiere a la ‘inauguración’» no oficial de la remodelada calle de San Juan con la SAN SILVESTRE segoviana, y su tradicional itinerario pisando nuevo adoquinado, que falta le hacía. Hay que reconocer que, según parece, la empresa adjudicataria hace bien sus deberes y los adoquinadores de Barcenilla son artistas de los de antes. ¿Igual que los del Padre Claret? ¡Ni de coña! Porque en esa avenida hubo mucha roña a la hora de contratar.
Bueno, aquí hablamos de deporte, así es que vamos a dejar asuntos de contratas en obras públicas, y sí comentaremos el devenir de muchos atletas, artistas de la farándula y ciudadanos en general que el último día del año deciden participar en una carrera donde conviven la lucha, la solidaridad, la transformación, el amor a unos colores. Sí, porque el lunes pasado, la nueva calle de San Juan en la SAN SILVESTRE segoviana, la pisaron corredores consagrados, amigos de nobles causas, disfrazados de faralaes, gimnásticos segovianos, atléticos madrileños, culés; pero no vi ni uno vestido de blanco vikingo ¿por qué será? ¿Se lo prohíbe Florentino?
Yo, que llevo la friolera de cinco lustros, o más, presenciando la SAN SILVESTRE segoviana con mi amigo Garci, me ha parecido que este año ha sido espectacular. Más de 4000 corredores. El contacto era obligado y los tropezones a flor de piel; pero bueno, son tan buena gente que todo se perdona; que salvo algunos, la mayoría solo quiere llegar riéndose, tirando confetis a los mirones, cantando la marimorena; e incluso otros, simplemente continuando la tradición que iniciaron sus padres y abuelos.
Desconozco cuántos años durará este recorrido; mas, es una ruta perfecta cargada de emoción a los pies del emblemático Acueducto de nuestra ciudad. Sin ánimo de ser más papista que el Papa y propiedades intelectuales al margen, la ‘carrera de fin de año’ es una redundancia, pues hasta el más tonto sabe que la SAN SILVESTRE es el último día del año, y en todos los lugares del orbe que se celebra se llama SAN SILVESTRE, que hasta en Las Batuecas o en Babia se llama así; y aquí, le quitamos el nombre al pobre santo ¡somos de lo que no hay!
