La Alianza por la Unidad del Campo, conformada por UPA y COAG, anunciaron ayer que presentarán una reclamación ante la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León por el “incumplimiento” del acuerdo suscrito con las industrias azucareras por el que se comprometió el pago de tres euros por tonelada de remolacha correspondientes a las campañas 2011 y 2012 y que se ha suprimido en los Presupuestos del departamento dirigido por Silvia Clemente, incluso con carácter retroactivo.
Si en el plazo de tres meses no existe contestación, interpondrán un recurso administrativo y, si continúa igual la situación, presentarán una demanda ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL).
Las dos organizaciones plantearán esta posición a la consejera en la Mesa Sectorial de la Remolacha del lunes, en la que están convocadas a partir de mediodía, y en la que recordarán a Clemente que en marzo de 2008 firmó con Ebro y Acor un acuerdo por el que se fijaba un precio mínimo de 40 euros por tonelada de tubérculo, que ahora quedará reducido a 37 si la Junta no aporta su parte o no convence a las dos industrias para que lo abonen. “Es un acuerdo en el que se dejó de lado a las opas, pero aún así haremos valerlo. Nos da igual si lo pagan al 50, al 60 o al 70 por ciento cada parte”, avanzó el coordinador regional de COAG, Aurelio Pérez.
Para llevar a cabo la primera reclamación, la Alianza pide a sus afiliados que la presenten ante la organización porque serán los servicios jurídicos de ésta los que se hagan cargo. Pérez remarcó que es el procedimiento legal para demandar lo que les “pertenece”. “En 2011 nos dijeron que 40 euros sería el precio, igual que en 2012, y ahora con los recortes nos lo quitan”, lamentó.
En total, la Consejería dejará de pagar unos diez millones de euros cada uno de los dos años, que afecta a unos 6.000 cultivadores en la Comunidad. Este acuerdo entre el Gobierno regional y la industria concluye en 2014, aunque las esperanzas se centran ahora únicamente en lograr las partidas de los dos últimos años. “No estamos dispuestos a perderlos”, dijo, ya que este dinero supone una pérdida media por explotación de 3.000 euros. Sin esta ayuda, advierten de que el cultivo no será rentable, y más cuando dentro de dos años la Unión Europea suprima otros seis euros por tonelada de ayuda.
Futuro del cultivo
Con estas expectativas de producción remolachera, en la Mesa Sectorial del lunes, además de reivindicar estos tres euros por tonelada, la Alianza abordará el futuro del sector. Por ello, planteará a Silvia Clemente defender las cuotas de Castilla y León con precios remunerados. Es decir, abrir desde ya otra vía de negociación a tres bandas, Junta, industria y organizaciones agrarias, para revisar las condiciones.
El secretario regional de UPA, Julio López, sostuvo que “o se hace un esfuerzo con precios justos o no habrá posibilidad de cultivar remolacha en el futuro en la Comunidad”, un sector con miles de activos, directos e indirectos, cuatro molturadores actualmente en la región y con un importante tejido productivo en Castilla y León. Y es que, con los precios actuales, calculan que para ser rentables el precio debería rondar los 46 euros por tonelada.
El secretario provincial de UPA-Palencia y responsable del sector remolachero en la opa, Domiciano Pastor, fue más allá y culpó a la industria y la propia Junta de “engañar a los agricultores de que con el acuerdo de 2008 todos serían más competitivos y el consumidor compraría el azúcar más barata”. Para justificar sus afirmaciones, recordó que en 2006 las industrias percibían 648,8 euros por tonelada de azúcar y pagaban la remolacha a 48,19 euros por tonelada, cuando con una tonelada de tubérculo se produce una de azúcar. En 2012, ingresan 712 euros y abonan 25,48 euros por tonelada de remolacha al productor, ya que el resto, hasta los 40 euros, son ayudas de las diferentes administraciones.
“Si en 2006, vendiendo el azúcar más barato, era rentable para la industria pagar más precio por la remolacha, ¿cómo es que ahora, que lo venden más caro, pagan menos al productor?”, cuestionó Pastor, quien subrayó que “hay margen más que suficiente para que el precio repercuta en positivo en el agricultor, que es el que más esfuerzo hace”.
Esto significa que la Alianza reclama que los cultivadores “formen parte de la tarta de beneficios” de la industria, que ha aumentado un diez por ciento en siete años sus ventas de azúcar, mientras que paga un 42 por ciento menos el tubérculo a los remolacheros. “Esto es un error de cálculo, porque varios años más tarde tenemos el azúcar más caro y encima somos deficitarios”, dijo.
En este sentido, Julio López remarcó que de pagarse 46 euros por tonelada de remolacha, “no serían necesarias algunas de las ayudas públicas” y añadió que mientras el dominador “sea el mercado y no haya política agraria, se desmantelará el sector”. Pérez lamentó que “los ámbitos productivos de la agricultura y ganadería en Castillay León se están abandonando por parte de las administraciones a su suerte”.
