Sin que en el horizonte se perfile una solución al eterno conflicto palestino-israelí, un instituto económico de Tel Aviv se ha encargado de tasar todas las propiedades inmuebles hebreas en el territorio ocupado de Cisjordania y las ha valorado en la nada desdeñable cantidad de casi 19.000 millones de dólares.
El estudio, único por su alcance y atrevimiento político en un país en el que la mera palabra evacuación pone los vellos de punta a más de uno, comenzó a preparase en secreto hace unos tres años por orden del entonces primer ministro israelí, Ehud Olmert (2006 y 2009), y sus datos han sido actualizados hasta el pasado mes de mayo gracias a la financiación de diversos países europeos.
«El objetivo del estudio es calcular las cifras del coste que supuso la construcción de viviendas, escuelas, centros públicos o carreteras en los asentamientos», explicó Roby Natanzon, doctor en Económicas y director del Centro Macro de Política Económica.
El experto insiste en que las cifras no incluyen las subvenciones que reciben los colonos, ni los costes en materia de Defensa, «simplemente es un cálculo para saber lo que se invirtió en términos de coste», apostilla.
El Ejecutivo de Olmert le encargó la investigación, en medio del por aquel entonces proceso negociador de paz con los palestinos de Annapolis, auspiciado por Estados Unidos.
Fracasadas las negociaciones y con un nuevo primer ministro en Israel, el derechista Benjamín Netanyhau no quiso saber nada del proyecto de tasación, aunque Natanzon asegura haberle hecho llegar en su día una copia actualizada del mismo «para que estuviera al tanto».
En estos momentos, el asentamiento más grande en extensión y caro es la ciudad de Maalé Adumim, unos 10 kilómetros al este de Jerusalén y que ha sido tasada en su conjunto en unos 2.000 millones de dólares.
Le sigue Ariel, también considera como ciudad y valorada en unos 1.200 millones de dólares, y la ultra-ortodoxa Modiín Ilit, casi 900 millones. Muy por detrás se encuentran otras colonias en el límite con la frontera reconocida de Israel como Har Adar, que pese a su reducido tamaño está valorada en unos 400 millones de dólares, o los asentamientos más pobres, como el ultra-ortodoxo Betar Ilit, que solo han sido tasadas en 92 millones para el conjunto de sus casi 5.000 viviendas.
Sin los barrios judíos
En su conjunto, la investigación ha pasado por cada casa y por cada edificio público en cada uno de los 123 asentamientos hebreos reconocidos en Cisjordania, dejando fuera las mini-colonias levantadas por los más nacionalistas sin autorización de los sucesivos Gobiernos israelíes y que por lo tanto no serían indemnizados en su momento por el Estado.
También excluye los barrios judíos en la parte de Jerusalén que Israel ocupó en el año1967, y que ningún Ejecutivo se plantea devolver por razones políticas y económicas, con más de 250.000 habitantes.
La astronómica suma de casi 19.000 millones de dólares es la base financiera de las compensaciones que el Gobierno israelí deberá pagar a los colonos que algún día decida evacuar en un futuro acuerdo de paz con los palestinos, tal y como hizo en la franja de Gaza en 2005.
Incluye únicamente la propiedad inmobiliaria, y a ello deberá sumar compensaciones por traslado, realojo, pérdida de puestos de trabajo, de ingresos a negocios y otros apéndices ya contemplados en el Plan de Desconexión de Gaza de 2005.
«Hemos calculado que el Gobierno debería indemnizar a cada familia con unos 200.000 dólares a fin de que pudieran obtener una vivienda alternativa en otro lugar si es que algún día se llega a aprobar un plan de paz y las familias tuvieran que realojarse», subraya Natanzon.
La aspiración de Israel es anexionarse al menos tres grandes bloques de asentamientos para hacer viable el proyecto de evacuación que persigue, y que solamente 70.000 de los 250.000 colonos de Cisjordania deban ser finalmente indemnizados por ser desalojados.
«Nosotros somos un ente independiente que ofrecemos información a los que toman las decisiones en los diferentes Gobiernos, en el campo económico, demográfico y social», afirma Hagar Tzameret-Kurcher, una economista y socióloga que se encuentra a cargo de dicho proyecto de investigación.
«Pensamos que el estudio que se ha llevado a cabo será un instrumento muy importante para cualquier decisión futura que tome el Ejecutivo para compensar a los colonos», concluye Natanzon, antiguo miembro del partido pacifista Meretz y que estima que en seis o siete meses, como máximo, tendrá un nuevo informe actualizado con nuevos costes, previsiblemente más elevados.
