Las acciones del consorcio automovilístico francés Renault cerraron la cotización de ayer con una caída del 10,28% en la Bolsa de París, después de que se hiciera público que está siendo investigado por las autoridades francesas en relación con las emisiones de sus vehículos y que ha superado los límites de dióxido de carbono (CO2) y de óxidos de nitrógeno (NOx).
La compañía finalizó el día con un precio de sus títulos de 77,75 euros por cada acción, lo que representa una disminución de 8,91 euros respecto al precio de 86,66 euros con el que cerró la negociación del pasado miércoles.
Así, los títulos de la corporación que preside Carlos Ghosn abrieron con un precio de 85,3 euros, aunque durante la jornada llegaron a alcanzar un máximo de 85,42 euros, mientras que tocaron fondo con 67 euros por acción.
Renault reconoció que las autoridades galas crearon, a raíz del caso Volkswagen, una comisión técnica para analizar las emisiones de los vehículos de las marcas en Francia, en una iniciativa que afecta a cien vehículos en total. En este sentido, la corporación señaló que hasta finales del pasado mes de diciembre se habrían analizado once vehículos, entre los que se incluyen cuatro de la firma del rombo.
La compañía señaló que en las pruebas iniciales no se detectó la presencia de un software malicioso en sus vehículos que alterara los niveles de emisiones. No obstante, afirmó que, en paralelo, la Dirección General de Política, Asuntos del Consumidor y Competencia de Control de Fraude de Francia inició otra investigación que le llevó a visitar la sede central de la empresa, el centro técnico de Lardy y el Tecnocentro de Guyancourt.
En el marco de dicha investigación paralela se realizaron visitas a la sede central de Renault, así como al Centro Técnico de Lardy y al Tecnocentro de Guyancourt. La firma señaló que sus equipos están cooperando en ambos procesos.
La multinacional aseguró que tiene la intención de acelerar la inversión en soluciones industriales útiles para la preservación del medio ambiente y recordó que Renault se encuentra en la actualidad en el ‘top 3’ de los programas de mejora de la huella de dióxido de carbono. “Después de tres años, el grupo Renault ha reducido, en concreto, en un 10% la huella de carbono de sus vehículos”, apuntó.
La firma automovilística aseguró estar colaborando con las autoridades francesas en dichas investigaciones y manifestó su compromiso con la reducción de la huella de carbono de sus vehículos.
A raíz de esta situación, la ministra francesa de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía, Ségolène Royal, aseguró que el grupo no instaló ningún dispositivo manipulador en sus vehículos para alterar las emisiones, si bien indicó que las pruebas realizadas por las autoridades galas han detectado “excesos” en los niveles de dióxido de carbono y de óxidos de nitrógeno de la firma y de dos marcas extranjeras.