A pesar de que el pasado lunes fueron desalojados de los principales edificios gubernamentales y las Fuerzas de Seguridad desmantelaron las barricadas que habían levantado en el barrio donde se encuentran las oficinas del Ejecutivo, miles de manifestantes ucranianos volvieron ayer a las calles y desafiaron a la Policía en una nueva concentración en contra de la postura del presidente, Viktor Yanukovich, de no firmar un acuerdo de asociación con la UE y alejarse, de este modo, del bloque comunitario.
La acción de los agentes, no obstante, no impidió que unos 2.000 ciudadanos se reunieran en la Plaza de la Independencia, en el centro de Kiev, donde levantaron un nuevo centro de operaciones.
En vistas de que sus críticos no tienen intención de cambiar su actitud, el jefe del Ejecutivo anunció que se reunirá con tres expresidentes del país para intentar encontra una base con el objetivo de ampliar las negociaciones con los partidos de la oposición. Ese clima de diálogo, sin duda, será beneficioso, ya que Estados Unidos y la Unión Europea enviaron a sus principales diplomáticos para reducir la tensión en la exrepública soviética.
La subsecretaria de Estado norteamericana, Victoria Nuland, instó a Rusia a que utilice su influencia sobre Ucrania para intentar alcanzar una «solución pacífica». Por su parte, la Alta Representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, acudió a Kiev con el ánimo de apoyar una salida política a la crisis actual y, después de un encuentro «sustancial» de tres horas y media, indicó que se habían abordado «todas las cuestiones relevantes», sin entrar en más detalles.
Antes de dichas citas, Yanukovich volvió a defender su decisión de no suscribir el acuerdo con Bruselas, ya que, según indicó, la firma «habría puesto en peligro el importante sector agrario» del país y subrayó que «no hay alternativa a restaurar los lazos económicos con Rusia».
No obstante, aseguró que el rumbo «occidental del país es irreversible», y que la nación no ha abandonado la senda de la «integración europea» que inició en 2010. «No se ha detenido ni se detendrá. Seguiremos avanzando en esta vía», aseveró, al tiempo que remarcó que la nación «debe minimizar los riesgos para nuestra economía».
Mientras tanto, la Duma rusa acusó a los países occidentales de interferir en Ucrania y denunció que los manifestantes que protestan por la decisión de Kiev de suspender la firma de un acuerdo comercial con la UE para acercarse a Moscú están desestabilizando el país.
En una resolución no vinculante, la Cámara Baja pidió a las fuerzas opositoras a Yanukovich que «detengan las acciones ilegales» e instó a Occidente a «cesar de ejercer presión externa en la política de un país hermano para nosotros».
