Si de algo ha servido la Conferencia Política del PSOE ha sido para insuflar nuevos estímulos a la militancia tras más de dos años de una profunda depresión postelectoral y para que el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, gane tiempo. El aparato consiguió mantener a raya los debates sobre las sucesiones y las secesiones (catalana), al menos durante el fin de semana, para centrarse en las ideas. La Caja de Pandora sigue cerrada.
Pero lo que es válido en el ámbito estatal del partido no lo es en el territorio regional. El encuentro de ‘redescubrimiento del socialismo’, ha evidenciado aún más las diferencias internas existentes en Castilla y León, una delegación que dejó muestras todos los días de una total desunión.
Si más vale una imagen que mil palabras, la foto de familia retrató esa división. En la instantánea de la delegación castellana y leonesa no aparecía el propio Óscar López, portavoz en las Cortes aunque esos días estuviese más en su papel de secretario federal de Organización, y también se echaron en falta algunos secretarios provinciales y otros miembros de la misión regional, alguno de los cuales ha confirmado que ni siquiera le llamaron para inmortalizar el momento.
De este modo, si alguien en algún rincón socialista de España no sabía si en Castilla y León las cosas estaban bien o mal, este fin de semana pudieron salir con las ideas claras: cada uno por su lado.
Otro de los momentos de la desunión se vivió en la reunión convocada el sábado por la mañana de toda la delegación a la que asistieron dos tercios de los presentes. Con importantes bajas entre los dirigentes regionales y con presencias que molestaron a algunos sectores, como la del vallisoletano Cecilio Vadillo, que llegó a la Conferencia Política acompañado del propio Villarrubia, en calidad de invitado después de que en la elección de delegados quedase fuera. Los delegados leoneses liderados por Tino Rodríguez ejercieron de versos sueltos, más pendientes el sábado de lo que ocurría en su ciudad con los críticos y de buscar cómo actuar contra ellos, que de los debates.
Siguiendo con las imágenes y las mil palabras, ningún fotógrafo acreditado logró recoger un saludo entre Óscar López y Julio Villarrubia, lo que quiere decir que en público, al menos, ni coincidieron. Mientras López se codeaba con toda la actual dirección y ejercía prácticamente de anfitrión; Julio Villarrubia hizo pandilla con el crítico Tomás Gómez sin muchas más relaciones ni con los nuevos ‘candidatables’, salvo un fugaz saludo con Patxi López, ni con viejas glorias.
La delegación palentina, a la que pertenece Villarrubia, se llevó un mayúsculo revolcón con su propuesta para abrir el debate sucesorio con un adelantamiento de las primarias. La votación en la mesa sobre la organización interna arrojó un claro resultado: ocho votos a favor y 200 en contra.
Un resultado que los partidarios de Óscar López traducen como un toque de atención a Julio Villarrubia y a Tomás Gómez, que llevaban iniciativas similares en este sentido. «No se entienden las prisas de algunos por adelantar las primarias».
Aunque sus afines trataron de desmarcar al secretario regional de la iniciativa palentina, en Ferraz se entiende como que juega a dos barajas, por un lado proclama su apoyo a Rubalcaba y por otro trata de acelerar su salida.
Aplausómetro
En el otro extremo, las personas más próximas al secretario general del PSOE de Castilla y León insisten en el discurso de que la Conferencia Política no ha sido más que el punto de partida y falta la parte más compleja: la elección de la persona que lidere la nueva etapa. «Ha quedado claro que esa persona no es Alfredo Pérez Rubalcaba ni nadie de su equipo», opinan. A su juicio el ‘aplausómetro’ evidenció la necesidad de cambio: «Las mayores ovaciones fueron para Susana Díaz (Andalucía) y para Javier Fernández (Asturias) mientras que Elena Valenciano o Soraya Rodríguez no levantaron pasiones», argumentan.
Ahora la incógnita será cuándo se abrirá la Caja de Pandora. El Comité Ejecutivo que podría celebrarse en enero será clave. En él se aprobará el calendario de primarias, que empezarán una vez pasadas las elecciones europeas; es decir en julio para elegir al candidato a La Moncloa y desde entonces, en cascada: autonómicas y municipales.
Entre las filas ‘villarrubistas’ creen que la caída de Pérez Rubalcaba llevará consigo el relevo en la Ejecutiva Federal y con ello una pérdida de peso de Óscar López que llegaría debilitado a un hipotético proceso de primarias por liderar las listas de Castilla y León en las autonómicas de 2015.
Los ‘lopecistas’ entienden que cuentan con un apoyo mayoritario entre las bases y las direcciones provinciales e incluso barajarían la posibilidad de que ni siquiera hubiera primarias por falta de oponente. La baraja sigue moviéndose.
