Tenso, muy tenso en determinados momentos, bastante predecible y ágil gracias a su nuevo formato. Así se puede definir el debate que mantuvieron ayer los dos grandes candidatos a la Presidencia del Gobierno. Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba escenificaron sus diferencias en un combate dialéctico que dejó varias perlas, pero que estuvo caracterizado por el continuo y en ocasiones repetitivo interrogatorio del socialista al político gallego y por la confusión del popular, que llamó en dos ocasiones al ex ministro del Interior: «Señor Rodríguez Zapatero». Ambos aspirantes vestían trajes oscuros con una corbata de tonos azules, más vivo el socialista que el del PP, que se diferenció en los lunares blancos que llevaba el accesorio del primero. La estrategia de Rubalcaba fue muy agresiva, mientras que Rajoy trató de defenderse de las continuas interpelaciones del aspirante de Ferraz sin cometer errores importantes, lo que le ayuda a sortear el último gran obstáculo antes de la cita con las urnas.
El líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, defendió en su primera intervención la necesidad de un «cambio» en el Gobierno para acabar con la «situación insostenible» en la que se encuentra España, que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero no ha sabido «corregir». Rajoy anunció que, si gana las elecciones, este «cambio» permitirá «detener la caída, luego crear empleo y asegurar de verdad las pensiones, la sanidad y la educación». Además, permitirá «gestionar bien la economía y recuperar la confianza».
Lo que está en juego, según el líder popular, en las próximas elecciones es «continuar por la misma senda o cambiar de rumbo», es decir, «seguir como hasta ahora o ver la luz al final del túnel». El gallego, que inició su turno con un homenaje para el soldado caído en Afganistán, afirmó que si las elecciones se celebran el próximo 20 de noviembre es porque «el Gobierno se ha visto obligado a adelantar» los comicios porque la situación ha llegado «a un extremo insostenible» al que había que «poner remedio».
En concreto, matizó que la situación es la que es porque hay «cinco millones» de parados, por «las deudas acumuladas» y por «el daño que ha sufrido la economía», pero hizo hincapié en que «sobre todo se ha hecho insostenible, porque el Gobierno no ha sido capaz de corregir la situación».
El primer bloque. Por su parte, el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, inició su participación en el debate adelantando que su intención es dejar claro a los españoles que PSOE y PP tienen dos modelos distintos para salir de la crisis y que «de que se apliquen unas ideas u otras depende el futuro» de España. Además, precisó cuáles serán sus principales compromisos si llega a la Moncloa: buscar un «gran acuerdo» con partidos, sindicatos e instituciones para la «gran causa nacional» que es el empleo; reorientar la economía con «equilibrio entre el control del gasto público y los incentivos necesarios para crecer y crear empleo» y «garantizar la seguridad de los españoles», especialmente sanidad, educación y pensiones. «Estos son mis compromisos: Acuerdos, protección social, crecimiento económico y creación de empleo», remachó el candidato socialista.
Igual que Rajoy, Rubalcaba empezó expresando sus condolencias por el fallecimiento del sargento asesinado en Afganistán y, acto seguido, manifestó que era «un honor» para él ser el candidato del PSOE. Rubalcaba quiso centrar el devenir del debate en el programa del PP, lo que provocó que se convirtiera en batallador periodista y que a su oponente no le quedara otra que vestirse de presidente del Gobierno. Aún así, el exministro del Interior tuvo en sus manos la posibilidad de decantar la balanza a su favor, pero un estudiado Rajoy no se lo permitió.
Otras claves: Política social. Durante el segundo bloque del debate se rebajó la tensión entre los dos aspirantes. Rajoy se comprometió frente a su rival socialista no congelar las pensiones como ha hecho el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Rubalcaba le acusó, tras volver a desvelar algunas claves del programa de los populares, de pretender revisarlas cada dos años.
Tercer bloque. Fue el último y el más flojo de los que se debatieron. Estuvo centrado en democracia, seguridad y política exterior. A pesar de ser así, Rubalcaba quiso que Rajoy tranquilizase a las parejas de homosexuales y retirara el recurso a la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo, pero el gallego no quiso mojarse. En lo que se refiere a la sanidad, el socialista insistió en la necesidad de que siga siendo pública y volvió a batallar con un Rajoy que consiguió salir airoso de este bloque.
Twitter. El debate entre los candidatos a la Presidencia del Gobierno se convirtió en el protagonista absoluto de la pasada noche de Twitter, en el que se pudieron leer desde duras críticas a estos dos políticos hasta comentarios de apoyo y mensajes irónicos. El cara a cara copó casi por completo el listado de los temas del momento en la red de los 140 caracteres, con etiquetas como #eldebate, #ReiniciaElDebate, rajoygana y seacaboelcirco, además de Campo Vidal, Sanidad Pública y Jorge Moragas.
Errores. Mariano Rajoy registró algunos errores durante el debate. Quizás el más llamativo fue el de no mirar fijamente a la cámara en su alegato final y en la primera intervención. Su mirada se perdía en los papeles. Rubalcaba estuvo más acertado en este ámbito y su intervención final fue más directa y convincente.
