Los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa de la UE acordaron ayer establecer una misión militar naval para contribuir a desmantelar el modelo de negocio de las redes criminales que trafican con inmigrantes en el Mediterráneo aunque dejan claro que será necesario el visto bueno del Consejo de Seguridad de la ONU o el consentimiento de las autoridades libias para poder actuar en sus aguas territoriales o para poder deshacerse o inutilizar las embarcaciones utilizadas por las mafias.
“Se acaba de tomar la decisión de establecer una misión naval de la UE para desmantelar el modelo de negocio de los contrabandistas y redes de traficantes en el Mediterráneo”, confirmó la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini en un comunicado.
En una primera fase, la misión, bautizada ‘EUNAVFOR MED’ y que estará dirigida por el contraalmirante italiano, Enrico Credendino, “apoyaría la detección y supervisión de las redes de migrantes” a través de la recogida de información y patrullas en alta mar de acuerdo con el Derecho Internacional pero sin necesidad de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Tampoco la necesitaría para llevar a cabo “el abordaje, inspección, incautación y desvío en alta mar de embarcaciones sospechosas de ser utilizadas para el tráfico de personas y el contrabando” de acuerdo con el Derecho Internacional aunque sí se requeriría en el caso de que se hiciera en “aguas territoriales o aguas internas” del estado afectado, es decir Libia o bien contar con su “consentimiento”, de acuerdo con el documento para establecer la misión.
Aunque los Veintiocho evitan expresamente hablar de la posible destrucción de las embarcaciones utilizadas por las mafias, contemplan en una tercera fase “tomar todas las medidas necesarias contra una embarcación o sus activos relacionados” incluido deshaciéndose de ellos o haciéndoles inoperativos “en el territorio de ese país”
En cuanto a los plazos, Mogherini insistió en que espera que la misión se lance en la próxima reunión de ministros de Exteriores de junio, aunque admitió en que podrían darse “retrasos” dependiendo del proceso de generación de fuerzas y el trabajo para promover una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU que autorice la misión.
