ETA sigue jugando al despiste. Quizás para ganar tiempo, quizás para sembrar la división entre los demócratas con lo que parece ser un conato de tregua. La banda terrorista afirmó ayer que «Euskal Herria está a las puertas de vivir un período de cambio, para poder recuperar su propia voz». y mostró, según publicó ayer el diario Gara, su disposición a superar el conflicto por vías democráticas.
En el rotativo figura una imagen de tres encapuchados leyendo el sábado en Ciboure (Francia) un comunicado en nombre de la banda en el transcurso de un homenaje a Jon Anza, donde a los medios de comunicación solo se les permitió estar presentes al inicio del acto.
Los enmascarados conminaron a Francia y a España a que «depongan la amenaza de las armas hacia este pueblo y se atrevan a escuchar y respetar su palabra», y transmitieron la disposición de ETA a superar el conflicto por vías justas y democráticas, aunque advirtieron de que «ni Jon ni el resto de caídos en la lucha han dado su vida para que continúe la imposición».
«Sabemos lo que ha costado llegar hasta aquí, pero ahí está el resultado fructífero de la lucha llevada a cabo hasta ahora: Euskal Herria está a las puertas de vivir un período de cambio, para poder recuperar su propia voz», señalaron los etarras en su comunicado. Además, la nota recalca que «el futuro está en manos de los ciudadanos y ciudadanas vascos», por lo que les animó a «actuar con la ambición de ganar».
La cascada de reacciones se dejó sentir a lo largo de la mañana entre todos los partidos del arco parlamentario, aunque muy significativa resultó la respuesta de Eusko Alkartasuna, que parece dirigir una estrategia encaminada a acoger batasunos en las listas a las elecciones municipales. Así, afirmó que ETA «sobra», y le pidió que pase «de las buenas intenciones a los hechos» y anuncie «el abandono definitivo de la violencia».
En este sentido se expresó también el coordinador general de Aralar -y ex miembro de la Mesa Nacional de HB, formación a la que abandonó-, Patxi Zabaleta, que emplazó a la banda a que haga «la aportación definitiva y necesaria para lograr la paz que debe a los ciudadanos de Euskal Herria, para que así tenga un final digno».
Sorprendente fue también la reacción del presidente fundador del PP y senador, Manuel Fraga, quien avaló la política penitenciaria del Gobierno socialista de dar permisos regulares a los miembros de ETA que han condenado la violencia. Eso sí, consideró que no hay que «abusar» de esta vía.
Desde las filas socialistas no se ha tomado muy en serio el comunicado, pues el Gobierno central no emitió opinión alguna. Sí lo hizo el secretario general del PSE-EE de Vizcaya y portavoz, José Antonio Pastor, que consideró que la nota ha vuelto a crear «decepción y desilusión» en los votantes de la antigua Batasuna, que «estarían esperando algo más por parte de esta banda de asesinos», a la vez que no supone «ninguna novedad respecto a lo que ha sido la trayectoria de los últimos avisos».
No obstante, la sombra de la tregua vuelve a planear en el horizonte. Quizás más de un analista recuerde las palabras publicadas ayer por Rodríguez Zapatero sobre sus aciertos en sus 10 años al frente del partido en el poder. Al referirse al fallido proceso de paz, señaló: «Puede ser arriesgado decirlo, pero tengo la convicción de que ahí se sembró una solución definitiva».
Quien no comparte esta idea lo más mínimo es el PP, concretamente su vicesecretario de Política Local y Autonómica, Javier Arenas: «Quiero recordarle a Zapatero que fue un profundísimo error el proceso de negociación de la pasada legislatura, y que no insista en ese acierto porque no lo fue. Con ETA no hay que negociar, hay que derrotarla y el PP lo único que espera de ella es que un día abandone el crimen, abandone las armas y se rinda ante la democracia y ante la libertad».
Aniversario
Mientras, ya queda menos para que el viernes se cumpla un año del último atentado mortal de ETA, que costó la vida en Mallorca a los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá. En esos 12 meses, la banda ha sido descabezada en dos ocasiones, la disidencia en las cárceles ha aumentado y su entorno político ha dado indicios de que desea un cambio de rumbo. La ausencia de acciones, sin contar el asesinato del policía galo Jean-Serge Nerin en un tiroteo el pasado 16 de marzo, coincide con movimientos en la izquierda abertzale y rumores insistentes de una inminente declaración de alto el fuego por parte de la banda.
No obstante, la única negociación que hay abierta es la de las detenciones y los juicios. Así, hoy prestará declaración al presunto etarra Garikoitz García Arrieta, que fue arrestado en enero en Portugal mientras conducía una furgoneta de la muerte.
