Fernando Martín reconoce que, de momento, en gran parte por las dificultades económicas, hay dos proyectos que el Festival de Música Diversa ha tenido que aparcar. Por un momento la continuidad de la colaboración con bandas y grupos de otros países, una iniciativa que ensayó con éxito en su octava edición, cuando Segovia todavía aspiraba a ser Capital Cultural Europea en el año 2016, y otro, abrirlo a espectáculos más grandes y caminar hacia lo que son otros festivales españoles como el Sonorama de Aranda de Duero.
Invita Fernando Martín a que los segovianos se lancen a la calle de nuevo, después de Titirimundi, a disfrutar de la música y otras actividades en la X edición del Festival de Música Diversa que comienza el próximo jueves, 24 de mayo. ¿Cómo van los preparativos?
En el último momento, resolviendo muchos problemas que se están planteando, pero yo creo que vamos bien. Este año teníamos la programación muy pronto pero luego hemos dejado la información casi para el final y nos encontramos con que está todo encima. Un poco nerviosos, pero va bien.
Recuerda a quienes quieran adquirir las entradas del festival ¿cómo y dónde pueden hacerlo?
Se puede hacer a través de internet, en páginas como www.nvivo.es, para los conciertos de Melocos, Arizona Baby, Siniestro Total … Incluso para los conciertos del Teatro Juan Bravo que son, por decirlo de alguna manera, menos mediáticos como pueden ser el de Umbabarauma y la Banda Sinfónica Tierra de Segovia. Además pueden comprar, por supuesto, en cada establecimiento. Se pondrán a la venta esta misma semana en locales como Café Clandestino, Beat Club, Santana o Shout, y luego, para los eventos que tienen un único coste único se pueden recoger las entradas el mismo día en el lugar donde se van a celebrar.
¿Son precios económicos, ajustados a los tiempos que corren?.
Sí, se ha pretendido cubrir al menos los gastos y teniendo en cuenta que hay artistas que vienen ‘a taquilla’, como es el caso de Melocos, Arizona Baby, etc. Hay que destacar que han sido muy colaboradores, muy razonables, los grupos porque todo el mundo sabe el momento en el que estamos. Lo que pretendemos en un principio ha sido hacerlos asequibles y yo creo que lo son. Incluso para el de Siniestro Total se facilitó un precio de 10 euros para quienes compraran la entrada antes del 1 de mayo. El que el propio artista arriesgue y venga un poco con esa incertidumbre de no saber qué va a cobrar me parece que hay que premiarlo porque eso dice mucho de esos artistas, que piensan: ‘sabemos como están las cosas’ y no venimos en base a un caché prefijado, que normalmente son muy abusivos. A mí eso me ha parecido extraordinario.
Es importante también ofrecer un programa amplio y variado sin que los costes se disparen porque los patrocinios no son los de hace años ¿no?
El festival siempre ha sido muy modesto. Sabéis el presupuesto con el que contamos —en la rueda de prensa de la presentación del Música Diversa, el pasado de mayo se anunció un recorte del 40%—. Este es un festival en el que con muy poco dinero se hace mucho y afortunadamente después de diez años muchos de los grupos saben que venir a este festival es venir así, en estas condiciones. Hace años que estábamos ya anticipándonos a la crisis.
Música Diversa cumple diez ediciones. No está de más recordar por qué nació esta iniciativa.
En nuestro imaginario quienes iniciamos el festival, en las personas que estábamos implicadas, había un objetivo vital, que era que los grupos de Segovia pudieran tocar. Estaba el bar Santana, que programaba conciertos, y había iniciativas tímidas que enseguida desaparecieron, normalmente porque causaban problemas a vecinos. Entonces, entre un grupo de gente a los que nos gusta tocar, entre los cuales me incluyo, aunque no me considero especialmente músico, nació la iniciativa y pensamos ¿qué sitio mejor que la calle con unos emplazamientos tan bellos como los que tenemos en Segovia?. Y otro objetivo era poder traer gente que nos parecía interesante para nosotros y para el público en general ¿Para qué? Para que contrastáramos un poco y aprovechar el tirón de unos para que los de aquí tuvieran más visibilidad.
¿Se han conseguido ambos objetivos?
Creo que cada vez estamos consiguiendo más. El otro día lo decía en la rueda de prensa, los grupos de fuera se están interesando más por el festival porque la gente que ya ha tocado va hablando de nosotros, y cuando digo nosotros hablo de la ciudad, de los músicos de la ciudad, de los sitios donde se toca. Ya llaman directamente y es mucho más fácil acordar las condiciones, sobre todo cuando nosotros no tenemos otras que ofrecer. Está produciéndose ese retorno que estábamos esperando y ese interés que tienen los grupos de Madrid y Valladolid, principalmente, en el festival. Cada vez nos llegan más correos electrónicos, el festival empieza a conocerse y yo creo que poquito a poco, a ver si nosotros nos preparamos mejor aún y podemos abordar el proyecto a nivel más ambicioso, pero ya empiezan.
Decías que con poco dinero se pueden hacer muchas cosas. Este año hay novedades en colaboración con otros colectivos y eventos ¿Cómo ha sido posible?
Diría que es emocionante que empecemos a colaborar sin entrar en competencia. Cuando ‘Be Trendy o Solidariday o Bicicla, o incluso Inusual Urban Sport, organizan eventos y llaman para sumar me parece el futuro. Es cooperación, coopetencia, esos términos que se están acuñando tan modernos, hablamos de sinergias, de unir esfuerzos para que el resultado sea aún mayor para todos. Creo que eso unido al esfuerzo de músicos que cobran poco, unido a que hay gente que no cobramos nada, empresas de sonido que rebajan mucho los precios de los equipos… Me parece hacer una estructura sólida.
