La ya cotidiana presencia de las redes sociales en todos los ámbitos sociales no es ajena a los partidos políticos, que se acercan a las redes sociales no sólo como foros para la búsqueda y captación de apoyos para sus propuestas políticas, sino como medios para difundir sus mensajes en las distintas ofertas existentes.
Los retos y desafíos de la nueva comunicación política fueron analizados y debatidos ayer en las VI Jornadas convocadas por la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación de la Universidad de Valladolid, que trajo al Palacio de Mansilla a expertos, investigadores y profesionales de la comunicación para exponer ante los alumnos las distintas teorías y propuestas sobre la evolución de la comunicación política y sus perspectivas de futuro.
Estructurada en cuatro mesas de trabajo, la Jornada dirigida por los profesores Martín Granados y Vicente Mariño contó con la visión del PP y del PSOE sobre la «Política 2.0″ a través de los integrantes de los equipos de redes sociales que ambas fuerzas políticas han creado para la explotación y gestión de este nuevo recurso de comunicación.
Isabel Díaz Ayuso (PP) señaló que la principal dificultad que los partidos encuentran a la hora de llevar a cabo el diseño de estrategias en este ámbito es «saltar por encima de sus propias estructuras, donde es difícil implementar gabinetes 2.0 y responsables de Internet distintos pero vinculados a los departamentos de comunicación.
En el caso del PP, los mensajes que se difiunden a través de las redes sociales tienen que ser «obligatoriamente más serios, porque somos un partido de Gobierno y estamos presos de una gestión que tenemos que explicar a los ciudadanos con mensajes rápidos, claros y diarios, porque hoy más que nunca, la sociedad exige respuestas a los problemas reales que les acucian».
Desde la oposición, Carlos Hidalgo (PSOE) asegura que los socialistas han cifrado la importancia de las redes sociales como «un nuevo espacio público en el que tenemos la obligación de estar no sólo como escaparate, sino como un lugar para el diálogo en el que nos queda mucho por aprender y en el que estamos dispuestos a hacerlo con paciencia y humildad».
Hidalgo manifestó la importancia de adaptar el mensaje político a las características de cada red social, ya que en su opinión «no se habla igual en Twitter, en Facebook o en Tuenti, pero el denominador común es que el mensaje debe hablar en humano y desterrar el críptico lenguaje político». Además, defendió la posibilidad del anonimato en las redes sociales porque hace que el público «se desinhiba bastante a la hora de opinar sobre política, algo que todavía cuesta trabajo en otros foros».
Pese a ello, indicó que las campañas electorales “seguirán precisando de mítines, y los partidos redimensionarán sus estrategias para incorporar las redes sociales sin menoscabo del contacto directo a través de los actos públicos”.