Da la impresión de que cada vez son más los días de verano e invierno, mientras las estaciones intermedias tienden a acortarse y a desdibujarse un poco, quizás por efecto del cambio climático, o porque a medida que envejecemos sentimos que las estaciones que más disfrutamos se van más rápido. Otoño es una época espectacular para visitar espacios naturales, no hace demasiado calor ni demasiado frío, y los bosques revelan una paleta de colores y detalles que solo podemos apreciar en esta época. Es también temporada de castañas, por lo que no podemos dejar de visitar los lugares donde se cosechan en Castilla-La Mancha.
600 hectáreas de castañares
Si queremos disfrutar de la naturaleza, que nos saquen las castañas del fuego y, si vivimos en o cerca de la comunidad de Castilla-La Mancha, no podemos dejar de visitar El Real de San Vicente. Se trata de una localidad en la provincia de Toledo donde existen 600 hectáreas de castañares, que este año han proporcionado una cosecha muy buena.
La mayor parte de estos castañares pertenecen a los pobladores de El Real, pero hay senderos para recorrer los bosques y en otoño se organizan eventos nocturnos donde sus habitantes hacen fogatas para asar las castañas y compartirlas con los visitantes. Al menos una vez en la vida debemos caminar por un sendero en un bosque de castaños, y sin duda la mejor época para hacerlo es en otoño. Es en ese momento cuando el paisaje adopta diferentes tonos de dorado y la magia se puede sentir en el aire. Y además, hay castañas.
Los pobladores de El Real de San Vicente cosechan cada año alrededor de 700 toneladas de castañas, lo que hace de ellos uno de los mayores productores de la región. Desde tiempos antiguos cada familia del pueblo va al bosque por esta época a cosechar castañas, por lo que los árboles que nos vamos a encontrar en los senderos con seguridad tienen dueños, y se lo recuerdan a sus visitantes: “Una cosa que decimos siempre: que se respete, porque esto tiene dueño”.
Si queremos comer castañas y llevar de vuelta a nuestros hogares, vamos a encontrar muchos puntos de venta en el pueblo, que también tiene sus atractivos.
El Real de San Vicente
Real era el nombre que se daba a un campamento militar o al lugar donde estaba la tienda del rey o del general, y aunque se trata de un lugar estratégico de la sierra de San Vicente, por donde pasaron celtas, romanos, musulmanes y cristianos, ciertamente nunca estuvo muy poblado. En el siglo XVII había una población censada de 722 habitantes, y actualmente no supera los 1.000 residentes. Sin embargo, el pueblo tiene lugares de interés que vale la pena visitar, como la iglesia parroquial de Santa Catalina, un ejemplo de arquitectura barroca de los siglos XVII y XVIII.
Por supuesto, el principal atractivo de la región indudablemente son los castañares, con varios senderos y rutas, y donde además están presentes encinas y robles. Son recorridos en los que además de disfrutar de la vegetación, podemos tener suerte y avistar algunas especies de la fauna local, como el águila imperial ibérica.
Gran parte del bosque de castaños pertenece a distintos propietarios y están vallados, pero incluso los castaños que se encuentran en monte público pueden ser de alguna familia. Por estas razones, conviene informarse y pedir autorización en el ayuntamiento si además de pasear queremos recoger castañas.
También es bueno recordar que a finales de este mes se celebran en El Real de San Vicente “Las luminarias”, una festividad en la que se hacen hogueras grandes en la plaza y los vecinos asan castañas. Un evento que no nos podemos perder si estamos cerca.
