El gotelé fue un estilo decorativo que en España vivió su período de gloria en las dos últimas décadas del gobierno de Franco, y que continuó utilizándose con mucha frecuencia en decoración de paredes hasta bien entrada la década de los 90.
Su uso coincide con un tiempo en el que se construían muchas viviendas en España, que además eran económicamente accesibles. En este sentido, la popularidad de la técnica se debía en gran parte a que servía para cubrir las imperfecciones que pudiera haber en las fachadas de construcciones que se hacían en muy poco tiempo y con materiales económicos.
La “gotita” que nos marcó
El uso del gotelé en las paredes interiores de las viviendas españolas construidas en los 60 y 70 fue tan común y extendido como el uso de paños tejidos sobre las mesas o la presencia excesiva y a ratos inexplicable de figuritas de porcelana.
Es parte del imaginario de los españoles que emigraban de zonas rurales a las grandes ciudades y de muchas personas que tuvieron su primera vivienda durante este período, y con este estilo.
Es un estilo estrechamente asociado con el boom en la construcción de viviendas y edificios que se vivió en esas décadas, por lo que también se relaciona con la prosperidad y el ascenso social.
¿En qué consiste el gotelé?
El término proviene del francés goutte o gouttelette, que se puede traducir como “gotita”, y se trata de una técnica decorativa en el que la pintura se aplica sobre las paredes sin estar suficientemente diluida en agua u otros solventes, por lo que es más densa y forma grumos y rugosidades en paredes y techos.
De este modo, da una impresión de acabado en barro, y sirve también para ocultar las irregularidades que pueda haber en el frisado de las paredes.
Con esta técnica se podían cubrir pequeñas grietas, desniveles y daños que se hubieran podido producir en la capa de yeso. Además, las paredes con este material eran más duraderas y fáciles de mantener que las paredes lisas.
Su uso fue extremadamente común, pero hoy en día genera rechazo en un alto porcentaje de la población, que prefiere superficies lisas y más uniformes. Por ello no solo ha dejado de utilizarse, también se ha comenzado a reemplazar en muchas viviendas, aunque no se trata de un proceso sencillo ni económico.
¿Por qué es costoso eliminar el gotelé?
Si la pared de la que se va a eliminar el gotelé es de bloque, eliminarlo será relativamente sencillo, pero si se trata de otro material pueden producirse daños durante el raspado de la pintura. Además, es probable que queden expuestas una serie de imperfecciones que habrá que cubrir.
Existen otras técnicas, como rellenar con pastas especiales los espacios vacíos entre las irregularidades, o cubrir las paredes con un revestimiento de cartón-yeso, pero también pueden ser bastante costosas. Otro detalle que considerar es que a menudo hay que retirarse de la vivienda mientras se elimina o reemplaza el gotelé, lo que puede generar más gastos.
A favor del gotelé
Los que continúan estando a favor de esta técnica, que muchos consideran pasada de moda, argumentan que sigue cumpliendo con su función principal, cubrir las irregularidades y los pequeños defectos de construcción, que quedarán expuestos si se retira el gotelé.
También señalan que se trata de un estilo que no se ve tan mal y que podría volver a ponerse de moda, al dar un aire más rústico a nuestro hogar, y quizás hacernos recordar aquellas décadas en las que todavía reinaba el optimismo.