La tendencia a la sostenibilidad y al reducir el impacto ambiental de muchos residuos del consumo humano, ha generado una oportunidad para ganar dinero. A través de proyectos generados por empresas y por las autoridades gubernamentales, el reciclaje permite tener ingresos adicionales que siempre vienen bien. Las personas descubren que separar, clasificar y ocuparse de los materiales reciclables no solo es una práctica amigable con el planeta, sino que es una actividad rentable.
El sistema español de reciclaje está formalizado y los servicios municipales contribuyen a las prácticas recicladoras. Pero también existen recicladores informales que viven de ese trabajo. Con el objetivo de fomentar el reciclaje especialmente entre los jóvenes, Keep Scotland Beautiful y Coca-Cola han instalado máquinas RVM que pagan por cada lata de bebida que reciben.
¿Cómo comenzó la experiencia?
La prueba de poner máquinas para los jóvenes fue iniciada por Keep Scotland Beautiful y Coca-Cola Europacific Partners en la Universidad de Strathclye, en Glasgow. Esta primera experiencia puso en evidencia que se necesitaba un incentivo económico para potenciar el reciclaje entre los jóvenes. Es una realidad que los jóvenes necesitan estímulo para integrarse al reciclaje. Si bien se intenta educar en la sostenibilidad ambiental, solo unos pocos se involucran voluntariamente.
Sin embargo, si se les da algo a cambio, si ven que su acción tiene recompensa directa, entonces se suman a esas propuestas. Al tiempo que contribuyen al reciclaje, aunque lo hagan por el premio, se les va formando costumbre. La esperanza es que se convierta en hábito. La idea del proyecto consiste en instalar máquinas RVM, Reverse Vending Machines, en los campus universitarios. Estas máquinas, conocidas como “máquinas expendedoras inversas”, son dispositivos que permiten a los usuarios de la comunidad universitaria depositar envases reciclables y recibir, a cambio, incentivos.
Las primeras experiencias se han establecido en Escocia, en los campus de Motherwell, Coatbridge y Cumbernauld. La máquina recibe latas y botellas. Reconoce el envase y asigna automáticamente 20 peniques, equivalentes a 0,23 euros, por unidad. La máquina expide un ticket que el joven pueden canjear en el comedor universitario.
¿Por qué se pensó en máquinas que reciben latas y botellas?
La población objetivo de la experiencia de las máquinas RTM son los jóvenes. Ellos son una parte significativa de la población que, estimulados, pueden convertirse en agentes de cambio. Por sus hábitos, suelen descartar muchos residuos de envases de comidas y de bebidas. Por eso, fomentar hábitos sostenibles en la juventud mejora la gestión de residuos en el presente. Pero también contribuye a una ciudadanía más responsable y comprometida.
Para involucrar a los jóvenes las máquinas recicladoras se instalan en los campus universitarios. La integración a la vida de los estudiantes facilita la visualización de la acción recicladora como parte del día a día.
En el campus universitario los estudiantes pasan mucho tiempo. La presencia de las máquinas que les paga por cada envase que le entregan, es muy buen comienzo de generar una actitud favorecedora de la economía circular. Estas primeras experiencias han demostrado que la combinación de tecnología e incentivos es un buen complemento en la educación ambiental y genera un impacto positivo en la comunidad.
El desafío de las empresas auspiciantes es extender el sistema a otras regiones. El éxito que han obtenido las primeras experiencias es el principal impulso a replicar el modelo adaptándolo a las normativas locales y a las infraestructuras disponibles. En España, las primeras universidades que tienen máquinas RTM en España son la Universidad de Málaga y la Universitat Jaume. Representan un paso firme hacia la sostenibilidad y hacia la economía circular.
Sin embargo, todavía hace falta mucho esfuerzo para que el reciclaje cale hondo y forme parte de la vida de las comunidades.