¿Tienes la sensación de que el verano está comenzando cada vez más pronto, y antes de la fecha oficial? Pues esto no se debe a que estés envejeciendo y creas que los veranos de antes eran más puntuales, sino a un fenómeno real. Realmente el calor está llegando cada vez más temprano y este año prácticamente se inicia el 31 de mayo.
Sí, el verano llega tres semanas antes de la fecha tradicional, el solsticio de verano, aunque ya este fin de semana tuvimos temperaturas superiores a los 30°C. De acuerdo con la Agencia Estatal de Meteorología, el 31 de mayo termina la primavera climatológica y comienza el verano meteorológico.
Un junio más caliente
El pronóstico de Aemet para junio es que el mes comenzará con un “episodio extraordinario», con temperaturas propias del verano avanzado, muy por encima de los 30 °C, entre el 29 de mayo y el 1 de junio. Esta anomalía, con temperaturas hasta 7° por encima de las habituales, estará presente durante todo junio, y solo es posible compararla con olas de calor como la de 1950, hace 75 años.
Esta situación de excepción se mantendrá sobre todo durante las dos primeras semanas de junio, y es posible, aunque todavía es muy pronto para asegurarlo, que durante la segunda quincena se presenten algunas lluvias. Por otro lado, aunque las temperaturas altas seguirán, se mantendrán por encima del promedio de esta época.
Cuáles serán las regiones más afectadas
Entre las regiones que se verán más afectadas por esta anticipación del verano, y donde las temperaturas estarán entre 3 y 6° por encima de las temperaturas normales, se encuentran: Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y el interior del este peninsular.
También sentirán con fuerza esta ola de calor el norte de Andalucía y el sur de Castilla y León. En el resto de la península se vivirán incrementos de entre 1 y 3 °C. Las regiones menos afectadas serán las costeras y las islas Baleares y Canarias, aunque pueden llegar a sentir incrementos de 1 °C. Tal y como señalamos antes, es posible que el calor continúe durante la segunda quincena de junio, pero que los incrementos desciendan a 1 y 3 °C.
Respecto a las lluvias, aunque las proyecciones apuntan a que el tiempo se mantendrá seco y estable, las variaciones en el chorro polar (un río de viento a grandes alturas que fluye de oeste a este en el hemisferio norte), pueden traer algunas lluvias intensas pero dispersas, sobre todo en el norte y el este de la península, y después del 15 de junio.
Hay que tomar previsiones
Al comenzar el verano casi un mes antes de lo previsto, y sin que haya lluvias a la vista, es probable que se incremente el consumo de energía, que afecte a los grupos de la población más vulnerables, como los ancianos, y que también afecte la actividad agrícola y cree condiciones para un aumento en la frecuencia de los incendios de vegetación. Debemos mantenernos hidratados y estar pendientes de que aquellos que dependen de nosotros, niños y adultos mayores, también lo hagan.
Una primavera cada vez más corta
Ya desde abril comenzaron a presentarse temperaturas inusualmente altas, hasta el punto de hacer que muchos nos preguntemos si las estaciones se han desplazado de algún modo. ¿Ha llegado el cambio climático?
De ser así, las temperaturas deberían comenzar a bajar a mediados de agosto, y esto no pasa realmente, por lo que la conclusión es que los veranos son cada vez más largos. Esto coincide con las predicciones de quienes defienden la tesis de que el calentamiento global está influyendo cada vez más en el clima, y en fenómenos como sequías y olas de calor, cada vez más intensas.
