La variación del clima es característica de la Semana Santa, y afecta tanto a las celebraciones religiosas como a las actividades turísticas. Es una época del año marcada por la transición entre el invierno y la primavera, lo que genera inestabilidad. Incluso en un mismo día, pueden alternarse momentos cálidos, con sol brillante, con lluvia, viento y frío.
Por esto que vemos, preparar la maleta para el viaje en Semana Santa siempre es un problema. Se piensa en que puede hacer calor, pero también es posible que esté fresco o que haya lluvia. Y surgen muchas dudas.
Es difícil anticipar con exactitud qué tipo de ropa será la más adecuada, especialmente si están previstas las actividades al aire libre. El temor a que bajen las temperaturas, o por el contrario a que haga más calor de lo esperado, lleva a querer incluir prendas muy diferentes. Y se complica la organización del equipaje.
A esto se suma la elección del calzado, que debe ser funcional y, en lo posible, versátil. No es sencillo encontrar el punto de equilibrio entre previsión y practicidad. Y, por supuesto, todo el mundo quiere estar cómodo y que no falte nada necesario.
Generalmente, se separan muchas prendas y se doblan o enrollan para ponerlas en la maleta. Pero resulta que la maleta resulta pequeña para todo ese equipaje. Los vuelos limitan el peso y las medidas y, si se viaja en coche, el maletero también impone sus condiciones.
La Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, entre sus múltiples actividades de apoyo a la gente, se ha ocupado de ayudar a los viajeros a preparar una valija.
En especial, ofrece sugerencias muy interesantes y prácticas para optimizar la capacidad, de modo que no se desperdicie el espacio. Los consejos se refieren también a la forma de doblar las prendas para que no lleguen arrugadas a destino.
Preparar el equipaje para las vacaciones en Semana Santa
Las sugerencias de la OCU son prácticas y fáciles de aplicar. Lo primero es planificar el equipaje con antelación y no esperar a último momento. La idea es sentarse a pensar y hacer una lista con lo realmente necesario. De esta manera, se evitará incluir objetos y prendas innecesarias o duplicadas.
En esta planificación se debe tener en cuenta la duración del viaje, es decir, cuántos días se pasará fuera de casa. También hay que considerar el tipo de actividades previstas. El momento de la planificación es clave, para que no ocurra el “Ay, me olvidé de…” que puede afectar la comodidad.
Un consejo importante es elegir prendas versátiles y combinables entre sí, que sirvan para diferentes momentos del día. En cuanto al calzado, la recomendación se llevar uno cómodo para caminatas y otro para ocasiones especiales.
¿Cómo preparar la maleta?
Una vez que se ha decidido qué ropa llevar, hay que organizarla para guardarla en la maleta. La OCU recomienda trabajar sobre una mesa u otra superficie plana.
Antes de guardar nada, es conveniente preparar todo. Las prendas cortas, como camisas, se colocarán dobladas unas sobre otras. A continuación, se hará lo mismo con las prendas largas.
Primero se ubicarán la en la maleta la pila de prendas largas. La pila de las prendas cortas se colocará encima de la de las largas, que se envolverán con estas. De esta manera se formará un bloque de ropa perfectamente doblada, que impedirá que las prendas se arruguen.
En un sector aparte irá la ropa interior, el pijama y otros utensilios que sean necesarios. Si es posible, esta ropa se colocará en algún bolsillo de la cubierta de la maleta.
Los calcetines, el calzado y otros objetos se distribuirán en los huecos libres. Es conveniente que los zapatos se coloquen en bolsas de nailon. Los productos de higiene irán arriba de todo, en bolsas transparentes con cierre hermético.
Con planificación y orden, el momento de preparar la maleta será distendido y sin complicaciones.