Todo cambió a raíz de las elecciones europeas de mayo pasado. La irrupción de ‘Podemos’ supuso un auténtico terremoto en el panorama político español. Salvo para su líder, Pablo Iglesias, que ya había alcanzado fama previamente gracias a sus apariciones en televisión, el resto de sus dirigentes dejaron entonces de ser desconocidos para convertirse, de la noche a la mañana, en estrellas mediáticas. “¡Ahora todos son personajes públicos!”, exclama el argentino Pablo Digiacomo, propietario del restaurante “Tío Pepe” de Valsaín, donde el “núcleo duro” de Podemos se juntó, en muchas ocasiones, para hablar de su pasión, la política, y de sus proyectos comunes.
El vertiginoso ascenso de la formación en el último medio año ha obligado a sus impulsores a dedicar a Podemos todo su tiempo, incluyendo los fines de semana. “Han dejado de venir asiduamente por aquí —relata el argentino—; el único que viene a Valsaín, de vez en cuando, es [Juan Carlos] Monedero, que siempre pasa por aquí a saludar”.
Iglesias y la exdiputada de IU Tania Sánchez, quienes durante un tiempo se establecieron en Valsaín, para descansar en la falda de la Sierra de su ajetreada vida, no han vuelto a ser vistos por los vecinos.
En cualquier caso, el grupo de amigos que, en sus interminables tertulias de Valsaín, forjó Podemos, pervive, aunque ahora lejos de aquella cuna. En el Consejo Ciudadano Estatal de Podemos figura una pareja que residió en Valsaín: Ariel Jerez, profesor en la Facultad de Ciencias Políticas de la Complutense, y su pareja, la violoncelista Belén Guerra. Curiosamente, ésta última ha ejercido como directora de Cultura y Fiestas en Rivas Vaciamadrid, el Ayuntamiento donde Tania Sánchez fue concejala de Cultura, Fiestas y Cooperación al Desarrollo, entre 2007 y 2011.
“Ahora —rememora el dueño del Tío Pepe de Valsaín, Pablo Digiacomo—, cuando nos juntamos en casa de algún amigo, nos reímos al recordar cómo empezó todo”. A los de Podemos siempre les quedará Valsaín.
