Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea y de los países de Latinoamérica y Caribe (UE-CELAC) comenzaron ayer una cumbre en Bruselas con el objetivo de estrechar la cooperación birregional y hacer valer “políticamente” el peso que suman en la esfera internacional.
“La Unión Europea y los países de Latinoamérica y Caribe representan un tercio de los asientos de Naciones Unidas, debemos usarlo políticamente”, declaró la alta representante de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, a su llegada a la cumbre.
La jefa de la diplomacia europea recalcó la “fortaleza” de la asociación entre las dos regiones. No sólo en el aspecto económico, sino en otra serie de retos clave que comparten.
En la misma línea se pronunciaron líderes como la chilena Michelle Bachelet, que confió en que la cumbre sirva para que la cooperación entre las dos regiones “pueda ayudar” a construir “naciones más prósperas y más justas”.
El peruano Ollanta Humala, por su parte, solicitó que la reunión al máximo nivel entre la UE y CELAC ofrezca “soluciones concretas” en cuestiones como la lucha contra el cambio climático, de cara a la cumbre de finales de año en París en donde la comunidad internacional tratará de pactar objetivos vinculantes de reducción de emisiones contaminantes.
Pese a que Cuba y Venezuela son dos de los asuntos más destacados de la cumbre, los dirigentes de ambos países —Nicolás Maduro y Raúl Castro— no estarán en las reuniones de Bruselas.
En el último año, la UE ha mostrado su “preocupación” por la persecución de la oposición y la falta de garantías electorales que existe en Venezuela.
