La muerte, como argumento, siempre ha estado muy presente en la poesía, afirmaba ayer el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Vázquez, en la entrega del XXV Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma, celebrada en el salón de plenos de la institución provincial. Y ayer también se hizo patente durante la ceremonia, ya que el galardón este año lo ha sido a título póstumo, para José Miguel Santiago Castelo por su obra ‘La sentencia’, en la que narra a través del verso sus últimos días enfermo y conocedor de su final, que se produjo el 29 de mayo de este año, catorce días antes de que se conociera el fallo del jurado del ‘Jaime Gil de Biedma’
El coordinador del Premio, Gonzalo Santonja, se refirió a Santiago Castelo como un “hombre acogedor y entrañable”. El que fue subdirector del diario ABC era un hombre, según Santonja, que desbordaba “optimismo y alegría, generosidad y en apariencia también salud”. ‘La sentencia’ llegó al jurado cuando estaba a punto de cerrarse el plazo. “Parece que su penúltima ilusión era ganar el premio. No se derrumbó. Se alzó de sus ruinas y buscó otro final, encontrándolo en la verdad compleja de su última obra”, apuntó.
El premio fue recogido por un amigo de Santiago Castelo, Urbano Manuel Domínguez, que junto al poeta Carlos García Mera recordaron la obra del galardonado con la lectura de varios de sus poemas. En cuanto a esa obra, los amigos del que fuera periodista y poeta proyectan la recopilación de sus artículos periodísticos, principalmente, ya que pasó por casi todas las secciones en el periódico ABC y llegó a presidir el comité asesor editorial. “Queremos que ese talento que tenía para escribir sea conocido”, explicó Urbano Domínguez. ‘La sentencia’ será presentada en el Instituto Cervantes de Madrid el próximo 14 de diciembre.
En la vigésimo quinta edición del Premio Jaime Gil de Biedma, el accésit fue para el joven escritor Andrés Barba por su primer poemario ‘Crónica natural’, una crónica de sus últimas vivencias con su padres, también fallecido. “Es una revisión de su vida desde mi vida”, explicó el propio autor de la entrega del galardón.
El coordinador Gonzalo Santonja, por su parte, señaló que “un premio con 25 años tiene ante sí el reto de la renovación y es importante que las nuevas generaciones se incorporen al premio”. Así, se refirió a Andrés Barba como “un escritor muy importante de las últimas generaciones, pero no solo de estas, sino que es un valor consagrado”.
El coordinador del galardón destacó la trayectoria de Barba, quien ha ganado otros galardones como el ‘Torrente Ballester’ o el ‘Ramón J. Sender’, o fue finalista del ‘Erralde’. No obstante, este ‘Crónica natural’ con el que ha ganado el accésit del ‘Gil de Biedma’, era su primer poemario.
Santonja destacó “su valentía y seguridad en lo que está escribiendo”. “Junto al aliento narrativo, suma la intensidad de la poesía, que huyendo del artificio, se instala en la verdad, en una verdad compleja”, dijo de Andrés Barba. “Es un libro escrito desde la memoria de la melancolía, desde la más implacable lucidez, es un poemario que ahonda en la identidad, construido desde la sorpresa”, añadió.
En el 25 aniversario también este año de la muerte del poeta Jaime Gil de Biedma, el presidente de la Diputación tuvo un recuerdo para miembros del jurado ya desaparecidos, como Rafael Alberti, Luis Rosales, Mario Benedetti, Félix Grande o Pepe Hierro. También aludió a la falta de algunos ganadores como José Manuel González o Fernando Quiñones, y concluyó con el recuerdo del último ganador del Premio Jaime Gil de Biedma, Santiago Castelo, “que tuvo la gallardía de escribir sobre su inminente muerte, sin estridencias, con naturalidad y valentía, y que nos ha hecho el regalo de que su última voluntad literaria, ‘La sentencia’, se haya podido convertir en el Premio Jaime Gil de Biedma de esta vigésimo quinta edición”.
“No soy un poeta ni creo que lo vaya a ser nunca”
Andrés Barba no se reconoce como un poeta. Sin embargo, primer poemario y un gran premio como es el ‘Jaime Gil de Biedma’. “Yo no soy un poeta, ni creo que lo vaya a ser nunca”, afirmaba el galardonado ante los medios de comunicación tras la entrega del premio, por el que se sentía muy emocionado. “Una situación muy extraordinaria (la muerte de su padre) requería en cierto modo aprender un idioma diferente, el de la poesía, y salió otra cosa”, comentaba. En su opinión, escribir poesía supone otra forma de trabajar, “de pensar, la velocidad de la escritura, las correcciones, que son todo; es un poco como aprender a caminar”. El joven escritor aseguró con rotundidad que “no espero continuar con la poesía, a no ser que haya algo que requiera un esfuerzo; también las novelas lo requieren pero es un esfuerzo al que yo estoy más acostumbrado y entrenado. Este poemario ha sido un trabajo ímprobo y no creo que se repita”. Andrés Barba ya tiene en mente la publicación la próxima primavera de su nuevo ensayo ‘La risa caníbal’, una obra sobre los límites del poder, desde Diógenes hasta Charlie Hebdo, “un repaso a la historia desde un humor cínico y agresivo”.
El coordinador del Premio Jaime Gil de Biedma, Gonzalo Santonja, destacó la “valentía y seguridad en lo que está escribiendo” de Andrés Barba. “Junto al aliento narrativo, suma la intensidad de la poesía, que huyendo del artificio, se instala en la verdad, en una verdad compleja”, dijo del escritor. “Es un libro (‘Crónica natural’) escrito desde la memoria de la melancolía, desde la más implacable lucidez”.
