Juan Goytisolo siempre afirmó no sentir especial emoción por los premios y así lo manifestó en su llegada al paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, donde recibió de manos del Rey Felipe VI, por primera vez como monarca en estos premios, la medalla que representa el máximo galardón de las letras hispánicas.
No sintió “emoción ninguna” por este galardón y, de hecho, reconoció que siente la aceptación del reconocimiento como “un golpe de espada en el agua, como una inútil celebración”, tal y como señaló durante su discurso, titulado ‘A la llana y sin rodeos’, unas palabras que resumen lo que ya avanzó a la prensa días anteriores a esta ceremonia: pocas palabras y mucho contenido.
Por ello, esta ceremonia de entrega del Premio Cervantes será probablemente recordada como una de las más reivindicativas. No solo hizo referencia al “desalojo de los desahuciados”, a la “corrupción”, a las “crecientes desigualdades sociales” y al “exilio de los jóvenes”, sino que tuvo un gesto de complicidad con el partido de Pablo Iglesias al final de sus palabras.
“Digamos bien alto que podemos. Los contaminados por nuestro primer escritor no nos resignamos a la injusticia”, concluyó de manera contundente el escritor barcelonés, quien afirmó que “a los lectores tocados por la gracia” de Cervantes les resulta “difícil” resignarse a la existencia de un mundo aquejado de injusticias y de un “panorama sombrío”.
La ceremonia comenzó a las 12.00 con el tradicional himno de España, tras lo cual la directora general de Política e Industrias Culturales y del Libro, María Teresa Lizaranzu, secretaria del Jurado, leyó el acta de concesión del Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2014. Posteriormente, el Rey Felipe VI entregó a Goytisolo la medalla y la escultura.
Tras las palabras del galardonado, primero en pronunciar su discurso, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, hizo referencia en sus palabras al “tacitismo” de la generación de Goytisolo para hacer “decible” lo que “el poder arbitrariamente marcaba como indecible” y recalcó que la palabras “desgarradoras” de autores como Gil de Biedma y otros contemporáneos no se volverán a escribir.
En su discurso, el Rey Felipe VI ensalzó la novelística “omnívora” y “cervantina” de Goytisolo.
