El Ministerio de Sanidad y Política Social cerca todavía más a los fumadores. A partir de 2010 prohibirá el tabaco en espacios públicos cerrados, locales de ocio y restaurantes. Incluso desaparecerán las máquinas expendedoras en muchos casos. Así lo puso ayer de manifiesto la titular del departamento, Trinidad Jiménez, que destacó que existe un «grado de consenso bastante amplio en la sociedad».
Así, señaló que «el problema no es que se fume en lugares públicos, sino en lugares públicos cerrados». En este sentido, descartó que se persiga este hábito en terrazas y plaza de toros. La dirigente socialista afirmó que las «conversaciones están muy avanzadas» y la posición es bastante mayoritaria en el seno del conjunto de grupos políticos.
«En la medida que consigamos consenso político, conseguiremos consenso social», añadió la socialista, asegurando que la decisión es «muy fundada», ya que se basa en la protección de la salud. «Estamos culturalmente preparados para adoptarlo ya, y estamos en esa fase final de la negociación», concluyó.
El anuncio de la aplicación de tan impopular medida se produce dos semanas antes de acabar el año y de que se aplique. Quizás Jiménez haya aprendido tras la tensión que soportó Elena Salgado en 2005 antes de que se pusiera en funcionamiento la norma.
Las reacciones fueron diversas. La más favorable fue la de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que aplaudía la decisión, ya que hasta ahora no se venía cumpliendo la ley. Y es que el 80 por ciento de los establecimientos hosteleros tiene menos de 100 metros cuadrados y en la mayoría de ellos se permitía fumar. Además, solo 40.000 de los más de 350.000 locales de ocio existentes en España están libres de humo o cuentan con espacios compartimentados para consumir tabaco.
La otra cara de la noticia es la de los hosteleros, que dejarán de ingresar una media de 300 euros mensuales si finalmente el Ministerio de Sanidad y Política Social prohíbe fumar en espacios públicos cerrados en 2010 y no se permite a los pequeños restauradores dispensar tabaco en máquinas expendedoras, según se quejó la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA).
Así, su secretario general, Sebastián Reyna, aseguró que estos ingresos «completan las rentas de muchos pequeños hosteleros», y resaltó que la venta automática no es nociva para la salud, porque es como si fuera un estanco.
Sobre el aspecto sanitario de esta medida -en Francia, por ejemplo, se aplica desde hace tiempo-, los autónomos «no tienen nada que indicar», pero desde el punto de vista económico, a su juicio, este anuncio va a perjudicar a los pequeños hosteleros y «puede suponer el cierre de muchos establecimientos».
Según la asociación, la medida llegaría en un escenario completamente adverso, dado que la actual coyuntura económica «ha provocado ya el cierre de más de 6.000 establecimientos en los últimos dos meses». De hecho, un reciente estudio indicó que un tercio de los bares de copas desaparecerá tras la crisis.
Ante esta situación, el colectivo reclamó al Ejecutivo, además del permiso para vender tabaco en espacios para no fumadores, que compense las pérdidas económicas ocasionadas por la adaptación de locales de fumadores.
Por otro lado, Reyna abogó por «resarcir de alguna forma» a los establecimientos que afrontaron reformas para la habilitación de lugares para consumir tabaco en sus locales y que aún se encuentren en período de amortización de las obras -el coste medio fue de 1.000 euros- y que ayude a la prejubilación de muchos profesionales.