Aún queda mucho camino por recorrer. Esta es la conclusión en la que coinciden varias mujeres segovianas o que trabajan en la provincia, de diferentes ámbitos laborales, que ayer celebraron, la mayoría en sus puestos de trabajo, el Día Internacional de la Mujer. Casi todas afirman que en el mundo occidental se ha avanzado “mucho”, pero en otros países, con otras culturas, “la lucha es por la dignidad de la mujer”, como explica la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Segovia, Clara Luquero.
La diferencia de sueldos con el hombre en puestos de trabajo similares, así como la ausencia de mujeres en labores directivas son desigualdades que se mantienen todavía en el “primer mundo”. Así, por ejemplo, la alcaldesa de San Cristóbal de Segovia, Belén Salamanca, lamenta que en la provincia de Segovia tan solo un 11 por ciento son alcaldesas. Sin embargo, la consejera de Agricultura y Ganadería de Castilla y León, Silvia Clemente, subraya que “las políticas de igualdad y la concienciación van permitiendo que el enorme esfuerzo de formación y el desempeño laboral que hacen cadía día las mujeres tenga su justo reconocimiento”.
Dentro de su ámbito laboral, Clemente destaca que en Castilla y León las mujeres representan el 17,8 por ciento del total de la población ocupada en el sector agrario. “Además, la mujer es un elemento básico y catalizador del desarrollo rural como activo laboral y empresarial y como base del sostenimiento del tejido social y cultural del medio rural en Castilla y León”, apunta.
Sin duda, la conciliación entre la vida laboral y la familiar es uno de los principales retos de futuro en todas las políticas de igualdad. Poco a poco se va haciendo el camino, pero está muy lejos una solución definitiva. La directora del Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, Ana Martínez de Aguilar, cree que a nivel laboral se registran muchas diferencias, en situaciones como la maternidad, “un período de tiempo en el que disminuye la capacidad de atención al trabajo por parte de la mujer”. Por ello, aboga por más ayudas, durante y después del embarazo; la instalación de guarderías en los centros laborales; y más ayudas por la deslocalización empresarial actual.
Casi todas afirman haber tenido suerte en su vida profesional y no haberse encontrado con situaciones de discriminación. La presidenta de la asociación Decalles, María Ángeles Llorente, es propietaria de una tienda y maestra, y asegura que en su centro escolar hay más profesoras que profesores. Pilar González, presidenta de la Agrupación de Aseguradoras Unespa, es funcionaria de alto nivel, y en los procesos de selección que ha pasado “los criterios eran iguales para hombres que para mujeres”. La subdelegada del Gobierno, María Teresa Rodrigo, es médico de profesión, y tanto en el mundo de la política como en el profesional no se ha enfrentado a desigualdades. “Quizás a la mujer, en determinados momentos, no le ha interesado acceder a un puesto más elevado por tener más vida personal”, comenta.
En su caso, la consejera de Agricultura explica que su esfuerzo en el mundo laboral “siempre se ha visto acompañado de mucha ilusión y de una clara vocación de servicio público que he podido desarrollar en cada uno de los puestos de responsabilidad pública que he desempeñado y desde los que siempre he trabajado para intentar responder de forma eficaz a los ciudadanos”.
