El presidente del Consejo europeo, el polaco Donald Tusk, inició ayer una ronda de contactos con los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea para explorar “los próximos pasos” que debe dar el bloque comunitario, a la luz de las continuas violaciones del acuerdo de paz para el este de Ucrania pactado en Minsk entre Kiev y Moscú.
“Estamos claramente alcanzando el punto en el que más esfuerzos diplomáticos no darán frutos si no se ven creíblemente respaldados por más acciones”, ha advirtió Tusk en una declaración en la que subrayó los esfuerzos de la UE para “hacer que funcione Minsk II”, pese a los “despiadados ataques de los separatistas apoyados militarmente por Rusia” en Debaltseve y otras zonas del este.
El presidente del Consejo aseguró que desde que se firmó el segundo acuerdo, ha habido “más de 300 violaciones de alto el fuego” y “la gente sigue muriendo”.
Tusk, que anunció que viajará el próximo domingo a Kiev para trasladar su solidaridad al Gobierno ucraniano, explicó que los “próximos pasos” de la UE deben ir dirigidos a “aumentar el coste de las agresiones en el este de Ucrania”.
También deben explorarse otras medidas que puedan contribuir a rebajar la escalada de violencia, según ha dicho Tusk, incluida la propuesta del presidente ucraniano, Petro Poroshenko, para que la UE ayude a una mejor supervisión del alto el fuego.
Estas declaraciones llegaron unas horas después de que el comisario europeo de Ampliación y Política de Vecindad, Johannes Hahn, insistiera en que lo “urgente” es que se cumpla plenamente el acuerdo de paz pactado en Minsk entre Kiev y Moscú y no “especular con otras opciones”. Una opinión que respaldaron el presidente de Francia, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, en una rueda de prensa conjunta.