La exposición, que se inaugurará el viernes día 1 de julio a las 12.00 h. en las Salas del Palacio del Torreón de Lozoya, ofrece la oportunidad de ver una selección de obras de una de las colecciones privadas de arte antiguo más importantes de nuestro país: la Colección Granados. Ésta es fruto del amor por el arte y el impulso coleccionista de Miguel Granados, quien desde 1966 ha ido reuniendo pieza a pieza una serie de obras maestras que representan las etapas más brillantes de nuestro arte, prestando una especial atención a nuestro Siglo de Oro.
La muestra, fruto del comisariado de Gloria Martínez Leiva y Ángel Rodríguez Rebollo, ofrece un nutrido conjunto de obras de esta colección –más de medio centenar- que tienen como protagonista al rostro, encauzando en tres alternativas principales los diversos modos de concebir el semblante humano a través de los siglos, con especial hincapié en los periodos Renacentista y Barroco.
La exposición se estructura siguiendo tres apartados: En el primero, Semblantes humanos, se trata el tema del retrato más convencional en la Historia del Arte, aquél que sólo debía representar a las personas más destacadas o ejemplares: nobles, príncipes, reyes o emperadores, ya que según el pensamiento de la Edad Moderna sólo éstos “merecen ser pintados y que queden sus imágenes y figuras en su buena memoria a los futuros tiempos y edades”.
La segunda parte la muestra aborda los Semblantes de la Divinidad: La idealización. Este apartado viene a ser el contrapunto del retrato humano, y permite observar la evolución de la iconografía religiosa desde el Gótico al Neoclasicismo a través de los rostros de los personajes representados en pinturas y esculturas. Las directrices dadas por el Concilio de Trento marcaron el camino a la hora de representar a la Divinidad. Ésta, ya fuera Cristo, la Virgen o los santos, debía reunir el decoro y la solemnidad necesaria para mover la piedad y la devoción del fiel. Las imágenes se convertían así en verdaderos iconos, de ahí la importancia que se daba a su idealización para no llegar a caer en la idolatría.
El tercer y último capítulo llevará por título Semblantes divinizados: La realidad sublimada. A partir del siglo XVII conviven dos tendencias a la hora de representar las imágenes sagradas. Junto a la idealización, se comienza a desarrollar un inusitado interés por reflejar la realidad, por dotar de verismo y naturalismo a la figuras. La imagen, sobre todo en el campo de la hagiografía, se carga de ciertos toques de realismo para acercarse al fiel, para que éste se sienta rápidamente identificado con la imagen a la que venera.
La exposición, uno de los puntos culminantes del programa “Segovia Barroca” que, patrocinado por la Obra Social y Cultural de Caja Segovia, viene desarrollándose con actividades diversas desde el pasado 25 de abril permanecerá en las Salas del Palacio del Torreón de Lozoya hasta el 7 de noviembre. Como viene siendo habitual, contará con el servicio de visitas guiadas todos los días –excepto lunes- a las 20:00 h-, así como para grupos concertados (laborables excepto lunes en horario de mañana, de 10.30 a 14.00 h, previa cita en el teléfono 921433795).
