El poblado chabolista de El Tejerín, que surgió hace más de 30 años para solucionar de manera temporal los problemas de vivienda de un grupo importante de familias gitanas, ha pasado a la historia. Bajo una intensa lluvia y ante la atenta mirada del alcalde, Pedro Arahuetes, una excavadora derribó ayer las dos últimas infraviviendas.
“Estamos siendo testigos de uno de los momentos históricos de la ciudad”, indicó Arahuetes. “Hace poco tiempo aquí vivían 70 personas, a partir de hoy [por ayer] ya no vive ninguna”, añadió el alcalde, quien reiteró su confianza en que “en menos de un año” el chabolismo sea erradicado de la ciudad de Segovia, tras el derribo de las últimas cuatro infraviviendas de la carretera de Madrona. “Es el inicio del fin, que tendremos dentro de poco”, añadió Arahuetes.
El Tejerín, el segundo núcleo que desaparece tras clausurar el del Terminillo, surgió en 1977, cuando el Ayuntamiento atendió la petición de la recién constituida Asociación de Promoción Gitana «Virgen de la Fuencisla» cediendo terreno en el valle de Tejadilla, en el paraje conocido como El Tejerín, para la instalación, con carácter provisional, de 7 módulos prefabricados en la zona.
Su ubicación al sureste de la ciudad, aislada del resto tenía como finalidad minimizar conflictos y el enfrentamiento con la población reacia a este tipo de intervenciones. En esos años se llevaron a cabo varios intentos de realojo sin éxito, ya que nuevas familias se trasladaban al poblado.
Deterioro
Con el paso del tiempo, el desempleo, la falta de higiene, la drogodependencia, el absentismo escolar y la falta de expectativas laborales fueron deteriorando la zona.
En 2005, 65 personas vivían en El Tejerín según el censo. Eran principalmente, jóvenes matrimonios con niños, con cualificación profesional baja y con ocupaciones ligadas a la construcción, la venta ambulante o la recogida de chatarra a las que se sumaban la cría de caballo y galgos, y la compra-venta de vehículos que proporcionan escasos e intermitentes ingresos lo que impedía el acceso de estas familias a las promociones de viviendas.
Las malas condiciones de la zona se agravaron con la instalación del colector de aguas residuales, la desaparición del camino de acceso, la ausencia de servicios públicos o privados y la venta de droga que provoca el rechazo generalizado de la población independiente de su relación con esa actividad.
En el año 2006, la Fundación Secretariado Gitano inicia su colaboración con los técnicos municipales de Servicios Sociales en el acompañamiento social de las familias.
En el año 2008 comenzó el realojo de las familias de El Tejerín, lo que hizo posible el derribo de dos chabolas y dos viviendas prefabricadas. El Plan continuó en el 2009, pero es en el 2010 cuando, en apenas unos meses, se materializó el realojo de 12 familias en viviendas repartidas por toda la ciudad, Este año se derribaron los cinco módulos, las chabolas, los almacenes, perreras, leñeras, corrales y establos. Las dos últimas edificaciones se demolieron ayer.
Los esfuerzos del Ayuntamiento se centrarán ahora en la derribo de las 5 últimas viviendas prefabricadas del núcleo de la Carretera de Madrona surgido en 1987 (de donde ya han desaparecido otras 9 viviendas prefabricas y todas las chabolas) y en el realojo de sus habitantes.
Ahora, eliminadas las infraviviendas, el Ayuntamiento trabajará en la recuperación medio ambiental del valle. La concejala de Medio Ambiente, Paloma Maroto, indicó que se arreglará un camino en la zona inferior del valle para permitir el paseo, se cerrarán con vallas los viales que daban acceso al poblado a los vehículos, y se vallará la parcela que tiene el Ayuntamiento para su reforestación.
Segovia, modelo de integración
El director nacional de la Fundación Secretariado Gitano, Isidro Rodríguez, que asistió ayer al derribo de las dos últimas chabolas en El Tejerín, señaló que en España todavía queda un 4% de familias gitanas en situación de chabolismo. “El Tejerín ha estado 30 años, son cuatro generaciones de familias, eso es transmitir pobreza y exclusión”, apuntó Rodríguez, quien dijo que “este acto supone acabar con un modelo que ha condenado a los gitanos a tenerles excluídos de la sociedad”. Apuntó que en España se ha avanzado mucho en programas de realojo y Segovia “es un buen modelo, se ha trabajado mucho, el Ayuntamiento ha cogido el toro por los cuernos,y se va a acabar con los dos focos de chabolas”.
