La fiscal del juicio contra la conocida como ‘reina de la burundanga’ que se celebra en la Audiencia Provincial de León sostuvo hoy en sus conclusiones que la acusada no cometió tentativa de homicidio sobre sus víctimas. “Su única intención era que perdieran la consciencia para hacerse con dinero o retrasar la reclamación de dinero de la familia. No tenía la intención de matar”, argumentó y reclamó una pena de tres años por cada uno de los delitos de lesiones que le atribuye, sufridos por un total de cinco víctimas, de las que la acusada reconoce haber intoxicado únicamente a dos. A ella se suman las solicitudes de condena por delitos de robo con violencia y estafa, hasta superar los 24 años.
En su exposición, recalcó que -en contra de lo manifestado por la acusada- “no consta que consumiera droga en la fecha de los hechos. Nunca presentó síntomas de consuno de tóxicos o estupefacientes cuando se produjeron los hechos y en 2024 dijo que empezó a consumir en 2022”.
Tampoco presentaba ningún signo de juego patológico; “jugaba para ganarse la vida y no sufre una adicción al juego”. La considera “perfectamente imputable” y añade que aunque hubiera padecido un síndrome depresivo ello no hubiera alterado sus capacidades intelectivas y volitivas. Tampoco padeció cáncer y quiso incidir en que sus acciones fueron cometidas contra sus amigas y con gente, en la mayoría de los casos, con la que mantenía una relación cercana y en que no padece un alto grado de discapacidad.
Las acusaciones particulares discreparon con la fiscal en algún punto. El primero en intervenir, representante de una de las víctimas, aludió al carácter “manipulador” de la acusada y remarcó que no padece un trastorno de personalidad antes de justificar su petición de reconocimiento de tentativa de homicidio con dolo eventual.
La misma consideración mantuvo el abogado de otra de las víctimas, que recalcó el “sadismo y absoluta falta de empatía” de la acusada.
El abogado de la acusada, N.T. G., insistió en reclamar la nulidad del juicio, como hizo al inicio de la vista, y se refirió a su clienta como una persona “enferma” contra la que se han vertido numerosas “falacias”. Respecto a la familia que prestó más de 200.000 euros a la acusada, señaló que no hubo delito de estafa y que los padres “sabían perfectamente en lo que estaban invirtiendo”. Añadió que “tenían intención de lucrarse porque consideraban que Natalia tenía cierta capacidad. Veían a Natalia como la gallina de los huevos de oro. La apuesta les salió mal”.
