‘El traje’ es una obra rescatada de hace diez años con el mismo equipo artístico que la puso en marcha entonces. Juan Cavestany autor del texto y director, especialmente conocido por ´Urtain´, con el que consiguió un premio Max y que tuvimos la suerte de ver en este mismo teatro. La defensa del texto la llevan a cabo dos estupendos y reconocidísimos actores: Luis Bermejo y Javier Gutiérrez. Dos púgiles en escena que se baten en duelo por salir airosos de sus objetivos como personajes, y de un texto gris como el espacio escénico. El teatro abarrotado como no podía ser menos, los espectadores ávidos con hambre de teatro.
Estamos frente a un espacio cerrado y grisáceo donde no parece haber escapatoria, se asemeja a las repetitivas encerronas mentales que gobiernan a los personajes. Las tres puertas bajas e incomodas, como de caja fuerte, están cerradas con la llave que maneja el vigilante y que tampoco escapa de sus propios cerramientos. Por poseer un traje en unos grandes almacenes ha sucedido un asunto feo. ¿A ver cómo se resuelve la cosa?
Los diez años que han trascurrido desde su estreno hasta ahora no han pasado en balde, y aunque parece que el mundo es el mismo no lo es, así es que el texto resulta algo anticuado y visto. ´El traje´ nos muestra la incomunicación, la palabrería que separa y no acerca, la necesidad de poseer cosas materiales por encima de la esencia humana, la mezquindad de nuestros pensamientos, y eso lo consigue, únicamente que en el teatro esto ya lo hemos visto. Hay una pregunta ¿Queremos seguir regodeándonos en ello? ¿Y en el discurso de que el causante de esto es el sistema? ¿Pero qué es el sistema? ¿Es que acaso nosotros estamos fuera de él?
Quizá en los años que han pasado hemos aprendido que los juegos solamente intelectuales ya no resuelven. Así es que ver a los personajes yendo y viniendo en sus encerronas mentales no es del todo suficiente, aunque nos lo pasemos bien observándolo, porque quién no se reconoce en la estupidez humana. Y aunque nos riamos, y eso también está bien porque al fin y al cabo estamos ante una comedia, tenemos ansias de avanzar, porque además ya no tenemos tiempo. Es el tiempo de la urgencia, de la necesidad, es el momento de romper el techo de nuestra propia prisión. Estamos en el año dos mil veinticuatro, los retos son enormes, vivir es un desafío y ese mismo desafío ha de alentar al teatro. Y este equipo artístico lo puede hacer, y lo ha logrado otras veces.
En esta comedia ´de tono realista y atroz´, los personajes no solo no avanzan sino que se enfangan. Insistiendo en permanecer en el Km 0, son como las dos caras de una misma moneda: de hojalata y sin valor.
Luis Bermejo construye su personaje a la perfección, su crueldad se disfraza de bonhomía. A Javier Gutiérrez su personaje se le escapa a ratos, pero como es un actor talentosísimo cuando se pierde recurre a lo que sabe hacer, así es que a veces se le ven sus trucos interpretativos: como cuando se pone plañidero. Momentos muy buenos son cuando callan y hablan sus cuerpos y sus gestos.
Los espectadores aplaudieron con ganas.
“El traje”
Teatro Juan Bravo, día 3 de febrero
EQUIPO ARTÍSTICO
• Actor: Javier Gutiérrez
• Actor: Luis Bermejo
• Autor y director: Juan Cavestany
• Producción: Carallada I, Producciones Off, Vania
• Ayudante de dirección: Nacho Redondo
• Segundo ayudante de dirección: Marlene Michaelis
• Escenografía y vestuario: Mónica Bomorello
• Iluminación: Eduardo Vizuete
• Espacio sonoro: Nick Powell
• Locución: Juan Ochoa
• Prensa: María Díaz
• Dirección y coordinación técnica: Tomás Ezquerra
• Video creación: David González
• Producción ejecutiva: Mónica Regueiro / Carles Roca
• Agradecimiento especial a Juan Antonio Lumberas
