Comerciantes y hosteleros segovianos consideran negativa la propuesta del Gobierno de reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales, con especial incidencia en los negocios de menor tamaño.
Recuerdan que se trata de un sector castigado ya por muchas circunstancias y ahora se suma una nueva aplicación legislativa que, de salir adelante, supondrá más problemas de rentabilidad.
Juan Francisco Casado, gerente de la Agrupación de Comerciantes Segovianos (ACS), ha expresado la “profunda preocupación” de esta propuesta del Ministerio de Trabajo de reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales y ha alertado de sus nefastas consecuencias en el sector del comercio, especialmente entre las empresas más pequeñas, a las que afectará de forma “desproporcionada”.
Es importante señalar que esta medida tendrá un impacto diferente atendiendo a la naturaleza y tamaño de empresa, afectando en mayor medida a aquellos sectores extensivos en horario y con plantillas reducidas como son la hostelería, la agricultura y el comercio; todos ellos estratégicos y fundamentales para la economía de nuestro país, señala el gerente de ACS en un comunicado.
Para este colectivo resulta “incomprensible” que en un sector tan presencialista como es el comercio, con una ley que permite la apertura de sus establecimientos hasta 90 horas durante el conjunto de días laborables de la semana, se plantee una reducción de la jornada a 37,5 horas.
“De llevarse a cabo esta medida, supondría en la práctica una subida salarial encubierta equivalente al 6,25% al tener que pagar lo mismo por menos horas de trabajo y obligaría a la contratación de más personal para complementar esas horas. Todo ello dispararía los costes para los comerciantes de una forma inasumible”, señala.

CARGA EXCESIVA
Una carga excesiva que llega además en un momento complicado marcado por “los altísimos sobrecostes a los que está haciendo frente el comercio de proximidad desde hace meses y en un contexto en el que muchos subsectores no han recuperado todavía los niveles prepandemia”.
Desde el comercio segoviano se señala la crisis que está viviendo el pequeño comercio con datos nacionales donde el año 2023 se cerró con una transformación en el sector. El número de empresas activas con menos de diez asalariados en el comercio de proximidad bajó en 35.527 respecto al año anterior o, lo que es lo mismo, 97 establecimientos menos al día. “Si lo comparamos con 2019, periodo prepandemia, el sector cuenta hoy con 51.499 empresas menos de estas características”.
Por este motivo, desde la ACS hacen hincapié en el “daño” que esta reducción supondría en las empresas más pequeñas del comercio a las que generaría una grave pérdida de competitividad frente a las grandes plataformas de venta online que, lejos de verse afectadas por esta medida, saldrían nuevamente favorecidas.
“Mientras que el comercio de proximidad soporta una excesiva carga normativa en su regulación, este tipo de plataformas, radicadas en su mayoría en paraísos fiscales, disfrutan de una normativa totalmente laxa y esta medida solo vendría a acentuar más esa desventaja”, agregan.
En este sentido resumen que no comparten la unilateralidad de la medida, “fruto de una desconsideración absoluta hacia el diálogo social bipartito en el que la jornada laboral es una materia reservada a la negociación colectiva”.
Por todo ello, desde la patronal del comercio de proximidad exigen que un acuerdo de esta relevancia considere las realidades específicas de los diferentes sectores económicos como recoge la negociación colectiva, al considerarlo inaplicable en algunos de ellos.
Lo contrario significaría poner en grave peligro la supervivencia de muchos establecimientos del comercio de proximidad y por tanto de los miles de puestos de trabajo que estos generan.
HOSTELERÍA Y PRODUCTIVIDAD
En otros términos se ha pronunciado el presidente de Hostelería de Segovia, Jesús Castellanos, quien asegura que se hace mucho hincapié en el término de horas de trabajo “pero lo que se tiene que tener en cuenta es la productividad”.
“Nosotros no tenemos ningún problema en reducir la jornada a 37 horas y media, siempre que la productividad esté acorde con esa jornada laboral y con que en esa jornada laboral se cumpla una productividad adecuada a lo que se está pagando”, puntualizó.
Bajo su punto de vista, es preciso hacer un debate en España sobre la productividad. Porque a menudo se pone a España como referencia o se compara en horas de trabajo con otros países. Pero lo importante es que se produzca. “El hecho de reducir horas o pagar más no tiene ningún sentido”, afirma. “Todas las empresas, al final viven de la cuenta de resultados, de los beneficios, y si simplemente pensamos que reduciendo las horas a los trabajadores las empresas van a funcionar mejor, sin pensar en lo que produce esa empresa, es absurdo”. “Nos van a obligar a cerrar a todos sí desde el Gobierno se entiende que todas las reducciones de jornada y las subidas salariales no tienen que ir ligadas imprescindiblemente a la productividad”, resume Castellanos.
Desde el mundo de la hostelería recuerdan que en este sector, los efectos negativos serán muy elevados ya que se trata de servicios que se suelen ofrecer los siete días de la semana y en horarios muy extensivos, lo cual aumentará la necesidad de contratación de personal y, por tanto, el aumento de los costes laborales.
La Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc), también ha destacado que el 50% del empleo lo crean las “pymes” y el impacto de esta medida no es el mismo para los diferentes tipos de empresas.

La FES sugiere a las empresas que apliquen el mejor modelo
La propuesta de rebajar la jornada laboral ha puesto de manifiesto la distinta visión que se maneja desde el Ministerio, los sindicatos (que dicen que la medida no tendrá gran impacto en las empresas), y las empresas.
Este año 2024 se aplicaría ya la reducción de la jornada, pasando de 40 a 38,5 horas semanales, para llegar hasta las 37.5 horas en 2025.
El Ministerio de Trabajo señala que de esta medida se beneficiarán alrededor de 12 millones de trabajadores. Sin embargo, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, declara que el primer tramo de la reducción de la jornada laboral hasta las 38,5 horas para 2024, “no tendría prácticamente efecto”. En 1983 ya se redujo la jornada en España de 44 horas semanales a 40.
Todas las empresas deben saber cómo aplicar la jornada laboral de 38.5 horas y hacer un ejercicio de cálculo para adaptar sus horarios, manteniendo el formato, o, si no fuera posible, cambiando incluso el tipo de turno u horario.
Por eso la patronal FES ha difundido un informe en el que muestran las posibilidades de adaptar esta posible norma a sus circunstancias.
Según dicho estudio, las empresas que trabajan a turnos 24/7 van a perder la multiplicidad que se encontraba al cubrir 24 horas con 3 turnos si se trabajan 8 horas al día al ser 8 divisor de 24. Esto va a originar desajustes que habrá que resolver de manera individual por cada empresa, teniendo en cuenta su número de empleados, demandas de personal por puesto o los convenios laborales.
Estos cambios pueden suponer hasta 9 días menos de trabajo efectivo al año, lo que hace ver el alcance de esta medida, cuando en muchas ocasiones las negociaciones en los convenios colectivos por ampliar un día de vacaciones llevan años para poner de acuerdo a los agentes sociales.
Para saber qué soluciones pueden adoptar las empresas al aplicar la jornada de 38.5 horas durante 2024, dicen que cada empresa tendrá que buscar su solución; que no tiene porqué ser la misma que otra empresa del mismo sector y misma organización. En términos generales sostienen que reducir la jornada laboral a 37,5 horas implica en la práctica una subida salarial encubierta equivalente al 6,25%.
La empresa segoviana PGPlanning han realizado una guía completa para facilitar la adaptación a esta nueva situación. Y se puede consultar en la web: www.pgplanning.es/blog/2024/01/como-aplicar-la-jornada-laboral-de-38-5-horas-semanales/.
