La identificación de elementos singulares del patrimonio como el Acueducto de Segovia, la Dama de Elche en España o el Museo del Louvre en Francia como marca identitaria supone un valor añadido como elemento de atracción turística generador de recursos económicos relacionados con este sector.
Esta es una de las principales conclusiones del simposio internacional «El Patrimonio cultural como símbolo», organizado por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, en el que participaron ayer expertos españoles y franceses en gestión del patrimonio e imagen de marca, que tuvo lugar ayer en el salón de actos del Palacio de Mansilla en Segovia. La cita coincide con la reciente celebración del 125 aniversario de la declaración del acueducto como monumento.
En todo caso, en las primeras sesiones de la jornada se hizo valer la teoría de que los monumentos o lo bienes culturales a los que se citó con ejemplos precisos, como el caso del Museo de Louvre o el Acueducto de Segovia, son “más que una marca”, llegan a ser referentes internacionales y no deben sometidos a una sobreexplotación.
El simposio internacional «El patrimonio cultural como símbolo» que registró cerca de un centenar de participantes, reunió a prestigiosos especialistas para reflexionar, compartir experiencias y abordar, tanto desde el ámbito académico como desde el terreno de la gestión, el cuidado y la explotación de las riquezas históricas, que representan señas de identificación de pueblos y culturas.
Los ponentes remarcaron que es posible mantener un respetuoso diálogo entre el pasado y el futuro de los monumentos y áreas emblemáticas, en el que cabe la realización de intervenciones o su explotación turística pero siempre dando primacía a su protección y sin poner en peligro su conservación.
En este sentido se expresaron, entre otros, Ramón Álvarez Vega, director de la Fundación Patrimonio Histórico, Michel Corajaud, urbanista y paisajista responsable del cambio de imagen de la ciudad de Burdeos, o Elise Maillard, jefa del servicio del Departamento Promocional del Museo de Louvre de París.
Ramón Álvarez indicó que en España se están haciendo bien “los deberes para mantener el equilibrio entre las visitas y la conservación, entre la explotación turística y la protección” de los iconos del patrimonio.
El patrono de la Fundación del Patrimonio Histórico y director de Comunicación y Obra Social de Caja Segovia, Malaquías del Pozo, que inauguró la jornada, destacó la importancia que tiene «la explotación de la marca Patrimonio, para los territorios que pueden beneficiarse de ella, entre los que están muchos de Castilla y León, dado que es un elemento diferenciador notable y nuestra plusvalía más cierta”.
El profesor de Comunicación Audiovisual y Publicidad en el campus de la Universidad de Valladolid en Segovia, Rodrigo González Martín introdujo el tema del poder de la imagen del patrimonio como símbolo desde el punto de vista de la semiótica aplicada a la ciudad como contexto y al monumento como texto, que da lugar a la comunicación emocional y simbólica a través de elementos concretos de la herencia cultural.
Pero el profesor también advirtió en declaraciones a los medios de comunicación que “hemos pasado del abandono generalizado a convertir los centros históricos en complejos escenarios en los que la cultura como espectáculo, característica de la sociedad posmoderna, lo ha invadido todo hasta el extremo de la sobreexplotación y la banalización más inquietante. La relación patrimonio y turismo es tan obvia como contradictoria”.
La metodología de trabajo del simposio se organizó en base a ponencias en las que se expusieron casos singulares relacionados con el patrimonio y la marca.
En los casos del Acueducto de Segovia, la Dama de Elche y las Cuevas de Altamira, el director del Archivo Municipal de Segovia, Rafael Cantalejo, la subdirectora del Museo de Altamira, Pilar Fatás y el director del Museo Arqueológico de Elche, Rafael Ramos coincidieron en subrayar la identificación de los distintos monumentos y entornos con sus lugares de emplazamiento. Para Fatás la gestión del patrimonio cultural debe partir de una visión global de las múltiples dimensiones que ofrece, entre ellas su facultad para crear riqueza económica en la que es fundamental aprovechar ese potencial como símbolo, identidad y marca, evidente en Altamira. Allí se ha creado una imagen de marca basada en la singularidad y autenticidad de este bien histórico.
El responsable del archivo Municipal de Segovia, Rafael Cantalejo, encargado de cerrar el turno de ponencias, expuso en su intervención, apoyada en ejemplos e imágenes, que el Acueducto es símbolo de la ciudad de Segovia, como parte fundamental de su escudo; es imagen como arquitectura de gran interés y belleza; y es marca a efectos comerciales desde hace siglos. Fue marca en las monedas acuñadas en la antigua ceca, seña de calidad y origen de los afamados paños segovianos y desde entonces ha protagonizado numerosas acciones publicitarias. Según Cantalejo, Segovia siempre ha mostrado con orgullo la fortaleza de la obra romana como su mejor imagen.
El simposio concluyó por la tarde con una visita guiada por la capital en la que han participado los ponentes y los participantes inscritos en esta iniciativa auspiciada por la Fundación creada por las seis cajas de ahorros de la región en colaboración con la Junta de Castilla y León.
