Cuando realizas muchas veces varias piruetas sobre el alambre, en ocasiones te llevas un buen tortazo contra el suelo, y en otras consigues que tu doble mortal con tirabuzón y medio acabe bien y con el público aplaudiendo sin parar. La Segoviana se ha acostumbrado en esta liga, y más en las últimas jornadas, a hacer ejercicios sobre ese alambre, y si hace dos semanas recibió un duro correctivo frente al Cacereño, en el choque frente al Socuéllamos la moneda salió de cara, hubo remontada épica y los jugadores se fueron ovacionados por una afición que quiere creer que se puede jugar el play off de ascenso aunque el equipo esté llegando en las últimas mentalmente, que no en el apartado físico.
El encuentro frente al Yugo Socuéllamos dispuso de dos tiempos muy diferentes, con una primera hora (larga) de partido en el que dio la impresión de que quien se estaba jugando el descenso era la Segoviana mientras que su oponente esperaba tranquilamente el error gimnástico, y una última media hora en la que La Albuera se convirtió en una pequeña caldera en la que los de Ramsés Gil cocinaron una remontada de las que se recordarán durante mucho tiempo, ya que a pesar de que no ha sido la primera de la temporada, y el Montijo puede dar fe de ello, sí tuvo tintes más épicos.
La Segoviana que está acabando la temporada regular tiene poco que ver con la que empezó la liga. De primeras porque medio equipo teóricamente titular estaba en la grada, con Carmona descontando las horas para ser padre, Pagola y Arribas sancionados, Rubén, Acuña y Hugo Díaz lesionados, y Adrián Pérez escuchando el partido por la radio. De segundas porque el plantel no parece terminar de gestionar bien el tratamiento de ‘equipo de play off’ que le han venido dando los rivales desde que se inició la segunda vuelta.
UN RIVAL CON LAS IDEAS CLARAS
El Yugo Socuéllamos llegó a La Albuera sabiendo que solo una victoria podía darle una mínima esperanza de permanencia, y la peleó de firme, con jugadores de calidad como Godoy o Facu llevando mucho peligro, más Pepe forzando las acciones por la banda que defendía Sergio Arévalo, al que una amonestación demasiado temprana le condicionó tanto que Ramsés le sustituyó apenas superada la primera media hora de partido, cuando el equipo visitante ya mandaba en el marcador gracias a un cabezazo de Martínez tras un saque lejano de falta que sorprendió a propios y extraños.
Pese a disponer de varias ocasiones para marcar, sobre todo de cabeza con Gómez y Astray, la Segoviana de la primera parte fue un equipo con poca personalidad y menos ideas, demasiado timorato atrás y sin enlazar apenas acciones de calidad, hasta dar la impresión de que el balón tenía aristas en lugar de ser redondo. Así que con la llegada del descanso Ramsés pidió que no se encendiera la música, porque tenía mucho que decir a sus jugadores.
Creer en la remontada pasó de obligación a puro acto de fe en los primeros minutos de la segunda parte, con Oliva sin poder detener un lanzamiento de falta que dejó a los pies de Pepe un 0-2 que no marcó en esa ocasión, pero sí a la contra apenas tres minutos más tarde, con Ubis poniendo el partido casi imposible para los de casa.
DOS CAMBIOS PARA CAMBIARLO TODO
Poco después Ramsés dio el golpe de timón que necesitaba el partido con la entrada en el campo de Manu e Ivo, situando a Astray de delantero centro junto a Gómez y haciendo una apuesta por llevar el balón al área desde arriba para que allí se buscaran las costuras a la defensa del Socuéllamos al que su portero había salvado en un cabezazo de Astray que llevaba marchamo de gol.
Y así el partido se metió en una nueva dinámica, cuando Manu envió un centro al segundo palo donde tres azulgranas esperaban el remate que conectó Gómez para marcar el 1-2. El alambre se empezó a mover, y mucho, cuando Plomer falló una media chilena para el empate, y Ubis se adornada con un taconazo a un metro de la portería de Oliva que hubiera significado el 1-3.
RAMSÉS: “Remontar un 0-2 en unas circunstancias tan adversas en las que se había puesto el partido era complicadísimo. Cuando Diego ha marcado el tercero ha sido una explosión de alegría”
La electricidad de la recta final del encuentro terminó cortocircuitando a la defensa manchega, que no cerró bien el segundo palo donde Gómez peinó un centro hacia Ivo, quien recortó al defensa con la misma tranquilidad con la que batió a Diego Nieves.
Ya no se trataba de fútbol, sino de ganar. Y a la Segoviana le empujaban 1.300 gargantas, mientras que al Socuéllamos le faltaba el aire. Tanto que a cinco minutos del final Fer Llorente se hizo con un balón en la banda y lo sirvió en profundidad a Diego Gómez, que cuerpeó con el defensa para llevarse el esférico y superar por alto al portero visitante, haciendo el 3-2 y llevando el delirio a la grada, que después de unos últimos diez minutos de puro sufrimiento pudo festejar una remontada de las que no se sabe cómo llegan, pero llegan. Gracias a ella la Segoviana pasará toda esta semana durmiendo de nuevo en puestos de play off. El resto es puro teatro.
