Montesquieu, el filósofo y jurista francés al que este gobierno tiene tanta manía, -hasta el punto de querer rematarlo después de muerto-, dijo que “la injusticia hecha a uno solo es una amenaza dirigida a todos”.
Pues bien, el Tribunal Supremo ha dicho que el cese injustificado y sin motivación del Sr. Pérez de los Cobos, carecía de cobertura legal ya que este coronel tenía la obligación de mantener la reserva total y absoluta relativa a la investigación judicial. Por tanto, el cese fue un castigo por mucho que lo quieran disfrazar de falta de confianza. El propio tribunal lo califica como una represalia por negarse a informar sobre la investigación abierta relativa a la manifestación del 8 de marzo, y que el juzgado había declarado secreta. Resumiendo, una gran injusticia.
Y además, una injerencia absolutamente inadmisible por parte del ministro por lo que el alto tribunal dio la razón a la Audiencia Nacional obligando a que se le restituya en su puesto al frente de la comandancia madrileña y se le abonen las nóminas correspondientes desde su cese ilegal. Por ello nadie entiende cómo todavía no ha dimitido el Sr. Marlaska después del tremendo varapalo por parte del Tribunal Supremo que denuncia un “ejercicio desviado” de su poder al cesar en su puesto al Sr. De los Cobos con la absurda e increíble explicación de que se trataba de pérdida de confianza. Debe ser que en este gobierno está prohibido dimitir.
Al parecer, esta nueva política para algunos consiste en hacer su propia voluntad aunque sea al margen de la ley. Por lo visto se puede avasallar a un ejemplar Guardia Civil, con un extraordinario curriculum de servicio a España, solo porque no acata una orden… que al parecer fue ilegal. ¡Y no pasa nada!
La clarísima resolución del Tribunal Supremo no puede ser obviada por el ministro y mirar para otro lado. Como juez que es, sabe perfectamente lo que dice el artículo 126 de la Constitución Española: “La policía judicial depende de los jueces, de los Tribunales y del Ministerio Fiscal en sus funciones de averiguación del delito y descubrimiento y aseguramiento del delincuente, en los términos que la ley establezca”. Por tanto, intentar forzar a un honesto y leal cumplidor de la ley a saltársela y encima cesarle por cumplir con su deber es, a juicio de muchas personas, una actuación ciertamente vil y lamentable; y lo es porque el propio tribunal manifiesta que la orden de filtrar datos al ministro sobre la investigación fue “ilegal”. Pero el hecho cierto y lamentable es que ha truncado la impecable carrera profesional del Sr. De los Cobos y le está haciendo sufrir inmerecidamente al grito de “aquí mando yo”.
La Guardia Civil no se merece semejante dislate y el Sr. Marlaska no puede seguir siendo ministro ni un minuto más. Aunque, todo hay que decirlo, ya había hecho muchos méritos para tener que dejar el cargo; y no sólo ha perdido el prestigio que tenía, sino que se ha convertido en un individuo digno del desprecio general. Por ello, la sentencia del T.S. ha sido muy bien recibida por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, pero también por la sociedad en su conjunto.
Y ahora son los independentistas los que entran en acción. En 2017 el Sr. De los Cobos tuvo que coordinar la respuesta policial al referéndum ilegal, y su testimonio ante el tribunal fue clave para la clarificación de la responsabilidad de los políticos imputados. Y también porque inició su carrera de guardia civil luchando contra ETA en los difíciles años 80. Por eso la aversión que le tienen los unos y los otros. Aunque lo más surrealista es ver a los independentistas catalanes preguntando por la responsabilidad del Sr. Pérez de los Cobos sobre el uso de recursos y medios públicos. ¡Ellos pidiendo responsabilidades por el uso de recursos y medios públicos! Y todo ello debido probablemente a una acusación del Sr. Marlaska que luego matizó, pero que posiblemente le cueste una querella.
Y dónde está la propuesta que encabeza este artículo, se puede preguntar alguien. Pues a ello voy. El Sr. Pérez de los Cobos, que ha demostrado ser un hombre íntegro que no se arredra ante una orden injusta e ilegal aunque provenga de un superior, y que además cuenta con un excelente curriculum profesional de servicio a España, merecería que el próximo gobierno lo nombrara Ministro del Interior. Imagino que no será el cargo que más le apetezca a este buen profesional, pero sin duda sería una gran seguridad para todos porque ya ha demostrado que no se casa con nadie y que solo atiende a la ley. Y que un Consejo de ministros contara con el Sr. Pérez de los Cobos sería una señal indicativa de sus intenciones y su determinación, porque como dijo Thomas Jefferson, “la clave de un buen Gobierno es la honestidad”.
