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El sector remolachero lucha para garantizar su futuro en Europa

por Redacción
19 de febrero de 2012
en Castilla y León
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El sector remolachero de Castilla y León da un paso más para llegar a niveles de rentabilidad que le permitan competir con otros productores europeos y en esta campaña 2011-2012 alcanzó cifras récord de productividad con 105 toneladas por hectárea de media y también de riqueza, con 18,29 grados, equivalentes a 16,76 toneladas de sacarosa. Son cifras muy superiores a las de otros países europeos, como pone de manifiesto que en Francia, por ejemplo, los rendimientos por hectárea estén en 97 toneladas y la riqueza se quede en 16 grados, una superioridad que en cambio no sirve para cuadrar las cuentas de los cultivadores.

¿La razón? Producir una hectárea de remolacha cuesta de media en la Comunidad 1.200 euros más que hacerlo en Francia, con lo que los beneficios para los cultivadores de Castilla y León se reducen considerablemente. ¿La solución? Alcanzar esa productividad de 120 toneladas de remolacha por hectárea que marca el Plan 2014 para compensar con más producto los mayores costes para sacarlo adelante. Sólo así, el sector tendrá armas suficientes para luchar en un mercado liberalizado, que es lo que marcará la reforma de la Política Agraria Común y sólo así hay alguna garantía de mantener la producción. Y en esta pelea está el sector de Castilla y León.

La evolución del sector remolachero en Castilla y León ha experimentado un crecimiento espectacular pese a los sucesivos recortes de las reformas agrarias europeas. Basta recordar que en el año 2000, la productividad era de 70 toneladas por hectárea, es decir, que ha crecido más de un 30 por ciento en apenas doce años. En sólo un año, el crecimiento ha sido de diez toneladas por hectárea ya que en la campaña 2010-2011 se lograron 95 toneladas. Estos valores históricos han sido fruto de la conjunción de una climatología óptima que no ha propiciado una gran incidencia de plagas y enfermedades, y de la profesionalización e inversión de los remolacheros.

Sin embargo, no es suficiente. Para que los cultivadores de Castilla y León se equiparen en competitividad con los europeos, por ejemplo con los franceses, deberían producir en torno a 30 toneladas por hectárea más que ellos, dado que el gasto en regadío en el país galo es prácticamente nulo y esa producción extra permitiría igualar el beneficio por hectárea. Así, para igualar a los agricultores galos en competitividad, este año se debería haber obtenido 127 toneladas de remolacha por cada hectárea, una cifra que parece estar al alcance del campo castellano y leonés, aunque aún deberán mejorar muchas cosas, desde los regadíos hasta los tratamientos. Es más, en algunas zonas ya se han alcanzado este año rendimientos de 120 toneladas.

Resultados en plantas

En las cuatro fábricas de la Comunidad, los rendimientos han sido excelentes. En la planta de Acor, en Olmedo, se han superado ampliamente las 100 toneladas por hectárea, mientras que en las de Azucarera se han alcanzado las 109 de media en Toro; 108 en Miranda de Ebro (principalmente por las buenas cifras de La Rioja), y en torno a 100 en La Bañeza, rendimiento motivado porque no se pudo sembrar en el momento apropiado por estar el terreno muy húmedo. Valladolid y Zamora son, en la actualidad, las zonas más competitivas, seguidas de Palencia, donde la media fue de entre 104 y 105 toneladas. En León se quedó en cien hectáreas, en todo caso mayor que el año pasado.

Beneficio

Este incremento de la productividad no ha sido gratis. El agricultor ha visto como se incrementaban sus costes y, por lo tanto, se reducía su beneficio. Así, la media de costes durante la última campaña evidencia que un remolachero de Castilla y León invirtió 2.138,47 euros por hectárea en costes variables, la mayor parte de insumos (semilla, fertilizantes y fitosanitarios) y riego y otros 506,56 euros de costes fijos (amortización de maquinaria y de riego). Ello se compensa con unos ingresos que rondan los 4.000 euros por hectárea, con lo que el beneficio neto se sitúa en torno a los 1.360 euros.

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