Es consciente de que es un municipio pequeño: tiene menos de 300 habitantes. A ello se unen las dificultades que ha de afrontar el medio rural: la pérdida de población y la falta de servicios –entre otras. Pero en este entorno conservan la que es su seña de identidad: su cultura. Es esta el alma de una sociedad. Bien lo saben en San Pedro de Gaíllos. Arancha Rodrigo trata de abarcar el patrimonio cultural del municipio. Para ponerlo en valor. ¿Cómo? A través del Centro de Interpretación del Folklore. Lo dirige desde 2003. Una labor ardua, a la par que “gratificante”.
Tiene sus raíces en Sebúlcor. Hace 20 años, su vida dio un giro de 180 grados. La falta de trabajo le obligó a dejar atrás Madrid. Tuvo que volver a su pueblo. Esto supuso un “gran cambio”. Aprovechó para formarse. Pasó por el Parque Natural de Hoces del Río Duratón. Allí le ofrecieron la oportunidad de aterrizar en San Pedro de Gaíllos. Y dirigir el Centro de Interpretación del Folklore. Arancha se ocupó de poner en marcha este proyecto municipal (2003). La idea le pareció “apasionante”.
Se siente afortunada: tiene la “suerte” de trabajar en un pequeño pueblo. Esto no significa que su actividad sea reducida. De hecho, es más bien lo contrario. Arancha le da una gran importancia a su función. Su papel es clave para impulsar el municipio: se ocupa de la gestión cultural de San Pedro de Gaíllos.
Su trabajo no es sencillo. Menos aún cuando ve cómo la infancia va desapareciendo de la localidad. “Es un poco desalentador”, lamenta. Pero no todo son malas noticias. Cree que “han sabido entender la rentabilidad de la cultura para el pueblo y la comarca”. Los ciudadanos se “vuelcan” con las actividades que se organizan. Son ellos los que, con su apoyo, hacen que salgan adelante. Es este su mayor “éxito”.
Suspira cuando le preguntan las funciones que desempeña al mando del Centro de Interpretación del Folklore: son innumerables. Se encarga del desarrollo de la programación cultural del municipio. Está inmersa en la publicación de una revista etnográfica, que se edita trimestralmente. Coordina la actividad de las aulas de música. Prepara exposiciones. Y hace algo “muy importante”: organiza y dirige el festival Folk que se realiza en verano. Es uno de los mayores atractivos del pueblo. Y ella es una de sus artífices.
El proyecto estrella del Centro es el Museo del Paloteo. Arancha también está al frente de él desde su nacimiento en 2009. Esto le añade un plus a su carga de trabajo: ha de preparar el programa educativo del museo. “Se hace de todo un poco”, asegura. Es este otro de los pilares de San Pedro de Gaíllos. Y de los salvavidas de la cultura de un pueblo pequeño. Pero muy activo.
La segoviana siente que la cultura del medio rural se deja en un segundo plano. Esto le “preocupa”. Teme que algunas tradiciones caigan en el olvido. No se rescaten. O ni siquiera se sepa que existieron. Le parece que, en más de una ocasión, “se menosprecia lo nuestro”. Y se acogen otras manifestaciones que nada tienen que ver con esto. Es por ello por lo que seguirá “tirando del hilo” en el mundo de la cultura, que es “inacabable”. Aunque sabe que esta está en la cuerda floja de un futuro, a veces, demasiado incierto.
