Pocos días después de que el Mesonero Mayor de Castilla, Cándido López, hubiese cumplido sus 111 años, la Fundación que lleva su nombre volvió a congregar a decenas de personas en los salones del Hotel Cándido para la entrega de la IX edición de los Premios que recuerdan la figura de este hostelero, considerado como uno de los embajadores más importantes de la ciudad de Segovia.
Dos años después de la última edición, la Fundación preparó al detalle una nueva convocatoria de estos galardones que pretenden reconocer el trabajo, esfuerzo, empeño y dedicación que personas e instituciones llevan a cabo en los ámbitos de la innovación gastronómica y turística, la promoción de Castilla y León, y la labor social. Rasgos que definían al Maestro Asador y que “siguen siendo la seña de identidad de toda esta familia, sin cuyo esfuerzo, dedicación diaria y amor al trabajo, no sería posible servir a la Comunidad”, según destacó su hijo y presidente de la Fundación, Alberto López.
Los mismos valores que el jurado de la novena edición de los Premios valoró en las candidaturas presentadas de forma libre por personas o instituciones para las diferentes categorías. El jurado formado por los miembros del Patronato, periodistas y profesionales de la gastronomía estuvo presidido por la consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, presente ayer en la entrega.
El secretario del Jurado, miembro de la Fundación y nieto del Mesonero, Cándido López, destacó las virtudes de los tres premiados en las diferentes categorías, que recogieron la obra realizada por el Centro Nacional del Vidrio, símbolo del Premio.
De esta forma, el periodista y director del programa Agropopular, César Lumbreras, recogió el Premio Cándido a la Promoción de Castilla y León; Toño Pérez y José Polo, del restaurante Atrio de Cáceres, fueron merecedores del Premio Cándido a la Innovación Gastronómica y Turística; y la Fundación AMREF-Flying Doctors recibió el Premio al Compromiso y Labor Social.
PREMIO ESPECIAL
El máximo galardón, el Premio Especial Cándido 2014, recayó en el seleccionador nacional de fútbol, Vicente del Bosque, que recogió la reproducción de la estatua de Cándido realizada por Luis Sanguino.
Durante su discurso, Del Bosque, hizo gala de la bonhomía que le caracteriza y dedicó el Premio a los jugadores de la Selección. “Cuando ganábamos pensaba que los premios nos los daban por los buenos resultados, pero ahora, después de nuestra mala actuación en Brasil, el hecho de seguir recibiendo reconocimientos demuestra la generosidad y cariño de la gente”.
El seleccionador dudó en ofrecer su opinión ante los sucesos violentos relacionados con el fútbol del último fin de semana. “Tenemos la obligación de defender al fútbol por encima de los equipo, de protegerlo, de mimarlo porque es un elemento muy importante en la sociedad actual. Algunos desde dentro lo empobrecen por su forma de actuar. Por eso, los hechos violentos, que son una minoría en los cerca de 20.000 partidos que se disputan cada semana, no pueden convertirse en la imagen de la mayoría. Los violentos no deben tener cabida en los campos de fútbol”.
Se turnaron en la entrega de los galardones, los miembros de la mesa presidencial, compuesta por Alberto López, Silvia Clemente, el presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, el concejal de Asuntos Sociales en calidad de alcalde accidental, Andrés Torquemada, y la vicepresidenta de la Academia Española de Gastronomía, Imelda Moreno.
Silvia Clemente clausuró el acto quien destacó la labor de la Fundación “que organiza estos premios de forma altruista desde 2003”, y resaltó las posibilidades de la Comunidad de cara al futuro, desde una perspectiva gastronómica y turística, como patrimonial, agrícola y ganadera.
