Las últimas diez declaraciones de la renta de Iñaki Urdangarín, aportadas al sumario del caso Nóos, reflejan que en los tres años en los que estuvo al frente del Instituto sus ingresos globales crecieron algo más del doble, al pasar de los 65.000 euros que declaró en 2004 a los 159.000 en 2006. Además, su salida de la entidad, lejos de provocarle una disminución de beneficios, coincidió con un crecimiento casi exponencial de los mismos. En tres años pasó de obtener 271.000 euros a 571.844.
Tal y como consta en las tributaciones del IRPF que han sido aportadas por Hacienda al Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, el Duque de Palma multiplicó sus ingresos de 30.783 a 571.844 euros entre los años 2002 y 2009, mientras que a la hora de hacer la declaración de la renta de cada uno de esos 10 años le salió a pagar poco más de 100.000 euros.
Los documentos ya han sido incorporados al caso Nóos, si bien por el momento el juez instructor José Castro no ha unido a la investigación las de la Infanta Cristina a la espera de resolver los recursos interpuestos contra esta diligencia. Todo ello después de que el magistrado solicitase a la Agencia Tributaria (AEAT) las diez últimas declaraciones a petición del sindicato Manos Limpias, personado como acusación popular, una medida a la que se han opuesto tanto el Duque como su mujer a través de sendos recursos de reforma.
Según las declaraciones al fisco, el momento más álgido para Urdangarín como presidente de Nóos, en cuanto a ingresos se refiere, fue 2005, cuando percibió hasta un total de 54.800 euros. Ese mismo año, la firma firmó un convenio con el Govern balear, por 1,2 millones de euros, para la organización de un foro sobre turismo y deporte, mientras que rubricó una colaboración con el Ayuntamiento de Valencia, por un millón, para la celebración de la segunda edición del Valencia Summit.
En ese período, su declaración arroja que el resultado de la regularización fiscal fue de 1.803 euros a abonar a Hacienda. Un año antes, fecha en la que exjugador de balonmano fue nombrado presidente del Instituto Nóos, sus ingresos por rendimientos de trabajo ascendieron a 36.000 euros, saliéndole a pagar en su declaración del IRPF 4.373 euros.
Cambio de negocio
Hacienda se remonta al año 2002 a la hora de analizar la tributación del Impuesto sobre la Renta por parte del marido de la Infanta Cristina, un momento en el que tan solo -en referencia a ingresos posteriores- presentó como rendimientos de trabajo 30.783 euros, mientras que en su declaración la AEAT le devolvió 2.000 euros. Posteriormente, en 2003, año en el que apareció la vinculación del Duque a Nóos como administrador del mismo, Urdangarín ingresó 8.400 euros y declaró a Hacienda 1.997.
No obstante, los ingresos del yerno del Rey ascendieron de forma considerable en 2006, momento en el que dejó la firma sin ánimo de lucro y pasó a ser consejero en Telefónica Internacional: el imputado percibió 132.716 euros y tributó 5.332. En la declaración de ese mismo año queda reflejada, además, la venta de la vivienda que ocuparon los Duques de Palma hasta que se trasladaron a vivir al Palacete de Pedralbes. La operación inmobiliaria se tradujo en 1,6 millones de euros, con una ganancia patrimonial obtenida de 1,1 millones de euros.
A partir de entonces, sus beneficios fueron en ascenso: en 2007 cobró 279.951 euros; en 2008 obtuvo retribuciones de hasta 365.036 euros, y en 2009 percibió 571.844 euros.
Remesa de e-mails
Por otro lado, Mario Sorribas, presunto testaferro de Iñaki Urdangarín e imputado en el caso Nóos, ha aportado a la causa varios emails con los que quiere demostrar que «resulta fehaciente» que el exsocio del Duque, Diego Torres, era «quien manda y dispone» en el Instituto, recalcando por el contrario cómo, hasta el momento, no se han incorporado a las investigaciones correos «dirigidos por o al yerno del Rey de España donde dé instrucciones de mando».
En un escrito que se conoció ayer, la defensa de Sorribas recrimina el «intento de practicar la maniobra de la confusión» por parte de Torres o, si bien subraya que «la mayoría decaen por sí solas por inverosímiles».
Asimismo, ironiza en torno a la entrega de correos electrónicos por parte del exsocio de Urdangarín «por capítulos», como si se tratara «de un serial que tiene a medio país enganchado, y quien dice nación dice medio mundo», al incidir en que «el avatar judicial de este asunto se sigue con pasión en Hispanoamérica, con lo que puede afirmarse que está haciendo más por la unidad cultural de los hispanoparlantes que muchas de las iniciativas costosísimas del Instituto Cervantes».
