¿Hasta cundo esta caterva de totalitarios, de vendidos, de tramposos, de mentirosos?, ¿hasta cuaándo?. Algunos tienen ya, escondido, el carné del “club yonoestabadeacuerdo” que sacarán el día que les desteten. Bueno.
Hoy voy a hablar de un libro magnífico “El impostor” de Javier Cercas. Gran libro de un gran autor (a pesar de la mediocre novela ganadora del Planeta), que además de buen escritor tiene un especial olfato para elegir temas como en “Anatomía de un instante”. Primero hay que decir que es un libro incalificable en el sentido de que se puede considerar una biografía, una crónica, un ensayo, una novela. Yo me quedo con que es una novela sin ficción, pero llena de ficciones.
El libro cuenta la vida de Enric Marco, nacido en abril del 1921 y por tanto nonagenario. Este catalán saltó a la fama porque se hizo pasar por superviviente de los campos de concentración nazis, en concreto del campo de Flossenbürg. Engañó a todos y durante 30 años impartió cientos de conferencias, entrevistas, recibió distinciones, premios y reconocimientos. Entre otras, la mayor condecoración catalana, la Gran Cruz de San Jordi en el 2001. Y fue durante tres años presidente de la asociación española de supervivientes. Y todo hasta que en el 2005 fue desenmascarado por un historiador que le dio por revisar el nombre de todos los internos en ese campo y descubrió la trampa. Su caso fue muy mediático en su día, el descubrimiento de su engaño tuvo repercusión en los medios de todo el mundo. Como Cercas le define realmente era un personaje insignificante, no fue combatiente en la que yo llamo, nuestra “guerra de los mil días”, ni resistente después, ni se exilió, ni militante antifranquista, estuvo donde la mayoría, evitando comprometerse, ganándose la vida, olvidando el pasado. Fue secretario general de la CNT durante la transición. Cercas le define como un pequeño burgués, neurótico y débil.
Pero llegó la Transición y se inventó una vida como hicieron otros muchos, casi todo el mundo se inventó un pasado antifranquista, una estancia en las cárceles era un plus en tu biografía y si no había nada en tu vida, contabas la lucha de tu padre o tu abuelo. Se inventó una fama de héroe para ganar afecto y reconocimiento, para aprovecharse de la incipiente “memoria histórica”, como dice Cercas “en aquellos años cada cual falsificaba sus biografías y al cabo, todos los demás, llevados por la cesión pusilánime al soborno que nos exigen quienes se presentan como víctimas o como testigos, aceptaron la existencia de la “memoria histórica”, que solo fue un sucedáneo, un abaratamiento, una prostitución de la memoria”. Y por eso habla del “escándalo farisaico” que provocó en todo el mundo, que es la mejor manera de quitarse de encima lo que estorba. Pero Marco no hizo lo que muchos, él hizo algo excepcional y por eso merecía que se contara su historia.
El libro es producto de un gran trabajo de investigación, de una documentación no tan fácil, de entrevistas a personas que le conocieron y, sobre todo, muchas conversaciones grabadas con el propio Marco, durante muchos meses. Es una parte del libro deliciosa, cómo fragua sus encuentros con él, cómo el propio hijo de Cercas les graba, cómo va contándole su vida, sus mentiras, sus invenciones. El narrador siente antipatía por el personaje, repugnancia por alguien que se ha aprovechado del dolor del Holocausto, pero también siente simpatía, casi empatía, por alguien singular, que pone de manifiesto las debilidades humanas a través de su gran mentira. Pero, al fin y al cabo, debilidades humanas, de todos. Porque Cercas en el libro ahonda en nosotros mismos, en nuestra necesidad de autoengaño, de conformismo, de nuestras mentiras. Al final el escritor es muy parecido a su protagonista, el libro habla de nosotros, dice Cercas que era un libro que quería y a la vez, que no quería escribir. Por todo esto pienso que es un libro magnífico. Porque además de contarnos la vida de ese personaje increíble, nos hace pensar en que no deja de ser una persona normal en un momento de la historia de España donde este tipo de mentiras tuvo su lugar.
Ese es uno de los grandes temas del libro: es si el escritor “debe o puede salvar” al protagonista. Es frecuente en las novelas, que un asesino, por ejemplo, a lo largo del desarrollo de la propia novela, se nos muestre como una persona normal que está vengando la violación y asesinato de su hija a manos de unos delincuentes. El novelista hace que el lector comprenda los motivos, que llegue a simpatizar, a empatizar con él (“yo habría hecho lo mismo”). La novela “salva” al protagonista. Pero todo es ficción. Aquí no, Marco fue un impostor de verdad. Cercas, supongo que con su lado de novelista tiene tentación de “salvar” a Marco, pero su lado de cronista no puede dejar de denunciar y “condenar”. Cita en su libro a Primo Levi que decía que comprender era casi justificar, aunque al final Cercas es más partidario de la teoría de que comprender el mal no significa justificarlo, sino darse los medios para impedir su regreso.
En definitiva, estamos hablando de algo importante, de una lectura donde se cuenta la vida de un personaje real increíble, pero con un fondo que afecta a la memoria histórica, a los novelistas, a la propia historia de este país de los últimos años. La parte donde relata cómo el historiador Benito Bermejo descubre y denuncia el engaño y cómo el propio Cercas viaja al campo de concentración de Flossenbürg, es magistral, con un ritmo narrativo fantástico. Un gran libro. Una crónica de los hechos escrita con una prosa clara que hace de esta novela, de esta biografía, de este ensayo, de este estudio social, de este… ¡como se le quiera llamar! un libro imprescindible, por muchas razones. Léanlo, en un libro de verdad no en uno digital, y disfruten del placer de la lectura.
Al menos a mí me lo parece.
