Los Mejías son un grupo musical que nació en Coca a finales de 2012, y que actualmente está formado por Fran ‘Mejías’ (voz), Javi (guitarra, solista y coros), Pablo (guitarra), Elías (bajo), Rubén (batería), Gustavo (trompeta) y Fernando (saxofón).
—¿Cómo decidisteis montar el grupo?
—Hace muchos años, Fran y Javi nos juntábamos en las explanadas del castillo para tocar canciones con la guitarra y hablábamos sobe la posibilidad de tener un grupo algún día. Y hablando de ello, comenzamos a pensar de dónde podíamos sacar al resto de componentes para formar el grupo. Ahí es cuando nos dimos cuenta de que en Coca, con la banda de música, podríamos encontrar gente fácilmente. Un día Fran estaba en casa de un amigo y al abrir un armario se encontró un bajo. Entonces mandó rápidamente una foto por whatsapp a Javi y le dijo que ya tenían bajista para el grupo. Al principio ensayábamos en un garaje y como no teníamos batería, utilizábamos un pedal de ritmos de Javi, hasta que llego ‘Chino’, que fue el primer batería del grupo, que además vino solo con media batería y creamos la otra mitad con cubos de detergente. Con todo esto, una minicadena con altavoces y un micro del singstar, probamos a tocar una canción que habíamos compuesto y nos dimos cuenta de que eso sonaba y así empezaron los Mejías.
—¿Cómo fue el primer concierto que disteis?
—Eso fue un mes después de que nos juntásemos. Estábamos Javi y Fran en el ‘Salsi’, el bar del pueblo, y vimos que iban a tocar los ‘Trotapunkis’, otro grupo del pueblo y le dijimos a ‘Marcuan’, el dueño del bar, que habíamos montado un grupo y que si podíamos estrenarlo ese día tocando las dos canciones que teníamos de momento, una de todo el grupo y otra que tocábamos Fran y Javi solos. Entonces llegó el día del concierto, nos subimos al escenario, tocamos las dos canciones que teníamos y luego estuvimos diez minutos presentándonos. A raíz de esto, el dueño del bar nos ofreció ensayar en la bodega del bar y es cuando decidimos empezar a componer más canciones y a meternos en la aventura, sin tener ni idea, de comprar material para poder dar más conciertos.
—¿Cómo conseguisteis el dinero para comprar el equipo?
— Pues primero empezamos a ver cuánto dinero teníamos ahorrado cada uno, pero eso no nos daba para mucho, ya que habíamos encontrado en internet un equipo con todo lo que necesitábamos para poder tocar, pero valía 1.000€. Entonces decidimos crear unas rifas que vendimos por el pueblo y con las que pudimos comprar el material. Así es como pudimos dar el primer concierto nuestro de verdad.
—¿Y cómo fue la experiencia de dar vuestro primer concierto completo?
—Ese día había una fiesta por la tarde en el bar y Fran y Javi estábamos dentro de una piscina de juguete tomando unas cervezas, nos dimos cuenta de que quedaba algo menos de dos horas para tocar, nos fuimos a duchar para despejarnos y ahí fue la primera vez que nos dimos cuenta de que esto lo tienes que hacer bien, que si sales borracho al escenario puedes hacer un ridículo total y que tener un grupo no es ninguna broma. Finalmente dimos el concierto y hubo gente que fue a reírse de nosotros, pero también hubo mucha gente a la que le gustó y que nos dijo que teníamos rollito y fue cuando decidimos ponernos más en serio con el grupo.
—¿Por qué decidisteis llamaros ‘Los Mejías’?
—Las primeras letras Fran pasaba a Javi, abajo estaban firmadas por Rafael Mejías y el decía que ese era su pseudónimo porque no le gustaba firmar con su nombre. Entonces la primera vez que tocamos, lo hicimos con el nombre de ‘Los Rafael Mejías’, pero como era un nombre muy largo, al final lo dejamos en ‘Los Mejías’.
—¿Cómo surgen las canciones que vais componiendo?
—Fran es el que las escribe en su casa, sin música ni nada, se las pasa a Javi, que es el que hace la base musical, que después, entre todos los músicos, hacemos la melodía final de cada tema. Ahora lo que solemos hacer, que antes no hacíamos, es que modificamos alguna letra de las canciones para que quede acorde a la melodía. Nuestras primeras canciones eran muy sencillas, pero poco a poco hemos ido evolucionando y la música que hacemos no tiene nada que ver con nuestros principios, hemos madurado musicalmente.
—¿Cómo fue la experiencia de grabar vuestro primer disco ‘Viaje en busca de la cordura’?
—Javi estaba empeñado en grabar el disco y trató de hacerlo el mismo en el estudio, pero no quedaba todo lo bien que queríamos y decidimos hacerlo en un estudio profesional. Entonces Marcuan, el dueño del bar, nos recomendó que llamásemos a Carlos Soto, el flautista de ‘Los Celtas Cortos’, que había montado un estudio cerca de Cuellar. Dimos con un tío que tuvo mucha paciencia con nosotros y que nos supo asesorar muy bien y nos enseñó cómo teníamos que ir al estudio, ya que no valía ir de tocar en directo. Por lo que estuvimos seis meses ensayando antes de proceder a la grabación y cuando tuvimos preparadas las ocho canciones fuimos al estudio donde fue todo rodados, ya que Carlos nos ayudó en todo y nos lo puso muy fácil.
—¿Cuál es vuestra canción favorita del disco?
—No podemos elegir solo una, nos quedaríamos con ‘La del Moro’ y ‘Malviviendo’. ‘La del Moro’ porque fue una canción que escribió Marcos cuando estaba con nosotros y fue una canción potente, con vientos, porque antes creábamos las canciones y luego, a mayores, metíamos los vientos, pero esta la creamos desde un principio con ellos. Y ‘Malviviendo’ es una canción que tiene muchos ritmos, muy elaborada y que engloba todos los géneros que tocamos, es un tema muy elaborado.
—¿Podéis darnos algún avance sobre el futuro segundo disco?
—Bueno estamos componiendo ya alguno de los temas, pero es complicado dar algún avance. Por ejemplo, al primer disco le pusimos el nombre el último día posible. Fran pasó una lista de posibles nombres y el ‘Chino’ dijo que teníamos la idea de que el disco se iba a llamar ‘Viaje en busca de la cordura’ porque la primera canción que hicimos se llamaba así y así que optamos por llamarlo de esa manera.
—De los conciertos que habéis realizado ¿Cuál es el más especial?
—El de las fiestas del año pasado, junto a los ‘Mojinos Escozios’ ya que tocar en la plaza de tu pueblo abarrotada de gente y que luego esas personas te digan cosas como “no os conocía y moláis”, “que bien sonáis en un escenario grande”, “que bien me lo he pasado”, eso te llena. El estar encima de ese escenario y que la gente estaba allí escuchándonos y no se iban, sino que se quedaron todo el concierto.
