La costumbre de realizar matanzas domiciliarias de cerdos se mantiene en la provincia, aunque los datos evidencian una caída libre desde hace varias décadas. Según las cifras oficiales, en esta campaña se sacrificarán en esta campaña un millar de animales.
El mes de diciembre suele ser el más apropiado para realizar la matanza. Los segovianos aprovechan los fines de semana y los puentes largos como el de la Constitución y la Inmaculada, por disponer de más días libres, para dedicarlos a las faenas matanceras.
Muchas familias mantienen este rito desde hace años. Pero también son numerosas las que dejan de practicarlo. Los mil animales que se sacrificarán este año suponen una sexta parte de los que se mataban en 1992, en que se aproximaban a los 6.000 sacrificios. Hace diez años se contabilizaron 1.900 matanzas. En el año 2013 se registraron 1.595, y el año pasado ya bajaron hasta las 1.175.
El descenso es generalizado en todas las provincias de la Comunidad, donde se ha pasado de 126.700 de la campaña 1994-1995 a los 21.400 correspondientes a 2014-2015. De hecho, al cierre de la última campaña se registraron 21.412 sacrificios, con un descenso de un 4,45 por ciento con respecto al año anterior (22.378), según informaron fuentes de la Consejería de Sanidad.
Los servicios de Sanidad de la Junta de Castilla y León son los encargados de controlar durante esta época las matanzas domiciliarias. Lo hacen a través de veterinarios colaboradores y oficiales.
Este año la campaña arrancó a finales de octubre y se extenderá hasta el primer domingo de abril, época en la que la administración regional lleva a cabo una campaña especial con motivo de las matanzas domiciliarias, una práctica tradicional en el medio rural.
En el ámbito de la salud pública se vigila de forma especial la posible presencia de agentes zoonóticos como la ‘trichinella spp’ en la carne de los cerdos domésticos que en estas fechas se sacrifican, así como de los jabalíes abatidos por los cazadores, labor que llevan a cabo tanto casi 400 veterinarios en toda la Comunidad.
De esta forma, la instrucción de la Dirección General de Salud Pública del 21 de octubre establece las medidas a llevar a cabo en el reconocimiento sanitario de cerdos destinados a autoconsumo y el examen e identificación de piezas de caza también susceptibles de ser consumidas en el ámbito doméstico. Los veterinarios oficiales o los colaboradores realizan la investigación de triquinas en muestras de cerdos sacrificados en régimen de matanza domiciliaria y en los jabalíes abatidos en actividades cinegéticas, casos ambos en los que las carnes obtenidas deberán destinarse exclusivamente al ámbito del consumo privado.
A lo largo de 2014 se realizaron en toda la Comunidad un total de 20.885 análisis en cerdos domésticos, 1.865 de ellos por parte de los servicios oficiales y 19.040 por los veterinarios colaboradores. Ninguno de ellos arrojó resultado positivo. En este ejercicio también se llevaron a cabo 5.668 análisis en jabalíes (642 por los servicios oficiales y 5.026 por colaboradores). En total, se produjeron 26.553 pruebas, el 78,7 por ciento en cerdos domésticos y el resto en jabalíes, el 90,6 por ciento del total por parte de los veterinarios colaboradores. En cerdos no se registró resultado positivo alguno, pero en el caso de los jabalíes sí se detectaron siete positivos, con un 0,1 por ciento de positividad para estos animales.
Precisamente en el caso de positivos, la instrucción de la Dirección General de Salud Pública establece que, además de comunicar este resultado al interesado, se debe de poner en conocimiento de los servicios veterinarios oficiales de Salud Pública de la Zona Básica de Salud o Demarcación correspondiente en el plazo máximo de 24 horas con la aportación de toda la información de que se disponga para llevar a cabo una serie de actuaciones. Así, además de la comunicación al interesado, se investigará el origen del animal, se acondicionará la muestra y se remitirá al laboratorio nacional de referencia para la identificación de la especie y se destruirá la carne infestada. Además, se comunicará el positivo a triquinas a la Dirección General de Salud Pública para que lo traslade a la Dirección General de Producción Agropecuaria de la Consejería de Agricultura y Ganadería, a la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición y, en su caso, al sistema de atención sanitaria.