La Junta de Castilla y León subvencionó, durante el año 2009, la plantación de 305.097 árboles en la provincia de Segovia, una cifra muy superior a la del ejercicio precedente, cuando el número fue de 224.771. La forestación de 2009 se realizó en una superficie mayor que el año anterior, subiendo de 665 hectáreas en 2008 a 983,49.
Los datos facilitados por la Delegación Territorial de la Junta revelan que los beneficiarios de las ayudas a la forestación prefieren plantar frondosas a coníferas. Así, en 2009 se pusieron 120.230 frondosas y 67.617. En cuanto a las reposiciones, 62.273 fueron de frondosas y 54.977 coníferas.
Desde el Servicio Territorial de Medio Ambiente se destaca el “alto beneficio” medioambiental de estas plantaciones, recordando que los veinte primeros años de un árbol constituyen la etapa de su vida en la que contribuye a fijar mayor cantidad de CO2. Además, en las zonas cerealísticas de Segovia, las plantaciones de árboles se convierten en refugio para numerosas especies de animales, sobre todo de pequeño tamaño.
Las ayudas para forestación en Castilla y León, que comenzaron a convocarse en 1993, no se ciñen únicamente a zonas cerealísticas, pudiendo también ser solicitadas por propietarios de pastizales o eriales, tierras que fueron abandonadas en su momento y que pueden encontrar ahora un nuevo uso.
Desde la Junta afirman estar “satisfechos” con la “buena aceptación” de estas subvenciones en la provincia. De hecho, en 2009, en Segovia se abrieron 18 nuevos expedientes, que afectan a un total de 325 hectáreas, y que supusieron la concesión de ayudas por importe de 770.493,70 euros. “En Segovia todavía queda mucha superficie para ser forestada”, defiende un técnico del Servicio Territorial de Medio Ambiente que prefiere no descubrir su identidad.
Si hay una comarca susceptible de admitir nuevas plantaciones es la del Nordeste. Después del éxodo rural masivo de las últimas décadas, no pocas tierras han quedado allí sin una vocación clara. Sus propietarios no están dispuestos a invertir en esas tierras, y los agricultores evitan su cultivo, por su baja rentabilidad. “Esas tierras son precisamente las que deberían acogerse al programa de forestación”, promocionan desde la Junta.
Los propietarios que soliciten una ayuda para la forestación se comprometen a preparar el terreno para la plantación, de forma que se apliquen las técnicas adecuadas para conseguir el éxito de la empresa. La planta debe haber sido adquirida en un vivero homologado, para garantizar la genética de la especie y, además, afín con la comarca donde se cultive. Agentes medioambientales de la Junta supervisan todo el proceso. Así, constatan la preparación del terreno, la plantación conforme a los criterios establecidos y la coincidencia entre el número de árboles plantados y el de la solicitud cursada. Por último, vigilan para que no entre el ganado en las parcelas objeto de forestación.
Además de ayudas a lo relativo a la forestación, la Junta considera también financiables los gastos derivados de la realización de caminos dentro de una explotación forestal, al entender que los mismos posibilitan la mecanización y, al tiempo, facilitan una rápida intervención en caso de incendio. Igualmente, la Junta incluye como subvencionables los cerramientos perimetrales para evitar el paso de ganado, y la instalación de depósitos de agua con el fin de defender las explotaciones contra incendios.
De cara a 2010, la convocatoria de ayudas será publicada, previsiblemente, en las próximas semanas en el Boletín Oficial.
La prima compensatoria por forestar, de diez años
La Junta comenzó a convocar ayudas para forestar en el año 1993, siguiendo así la política de la Unión Europea de incentivar el abandono de ciertos cultivos cuya productividad era baja, impidiendo que resultasen competitivos en el mercado internacional. Así, a aquel agricultor que estuviera dispuesto a acogerse al abandono voluntario de sus cultivos agrícolas, la Junta le ofrecía financiar el 100% del coste de la plantación de árboles en dichas parcelas.
Desde entonces hasta ahora, tal política ha sufrido diversos cambios. Inicialmente, la Junta ofreció, por dejar de cultivar la tierra y plantar árboles en la misma, una prima compensatoria durante 20 años, siempre y cuando el propietario demostrase ser agricultor ‘a título principal’. Más tarde, en 2007, la prima compensatoria se redujo de 20 a 10 años.
La entidad que tramita estas ayudas es la Consejería de Medio Ambiente de la Junta, encargada de supervisar todo el expediente. Sin embargo, la entidad que realiza la transferencia al beneficiario, siempre y cuando el expediente resulte favorable, es la Consejería de Agricultura y Ganadería.
En los últimos años, la Junta ha invertido en este capítulo de ayudas a la forestación cerca de 33 millones de euros, siendo la aceptación de estas ayudas muy desigual en las nueve provincias de Castilla y León.