La candidata del Partido Progresista Democrático (PPD) a la Presidencia de Taiwán, Tsai Ing Wen, será con toda probabilidad la nueva presidenta de Taiwán después de que su rival, el oficialista Eric Chu, reconociera su derrota en las elecciones. Chu comunicó así su derrota y su dimisión como líder del Kuomintang (Partido Nacionalista Chino, KMT) incluso antes de que se hubieran predicciones de los sondeos a pie de urna ni resultados oficiales.
“Lo siento. Eric Chu ha decepcionado a todos. Hemos perdido. El Kuomintang ha perdido las elecciones”, afirmó Chu desde la sede de la campaña, acompañado por su esposa y altos cargos de la formación, considerada afín al régimen de Pekín. La televisión TVBS informó que Tsai —abogada y licenciada por la London School of Economics— se habría hecho con en torno al 52 por ciento de los votos, frente al 32 por ciento de Chu. El Partido Primero la Gente y su candidato James Soong serían terceros con un 14 por ciento de sufragios.
Si se cumple lo previsto, el PPD tendría además el control del Parlamento, con lo que sería así la primera vez que este partido controlara tanto el Ejecutivo como el Legislativo. Los resultados en el Parlamento serían especialmente dolorosos para el KMT, que siempre había controlado la cámara. Políticamente, la victoria del PPD podría truncar el acercamiento a China impulsado por el Kuomintang e incrementar las tensiones, ya que Pekín considera que Taiwán es parte integral de su territorio. Taiwán, formalmente la República de China, fue el único territorio chino en el que no triunfó la revolución de 1949 liderada por Mao.
Posteriormente, la presidenta electa de Taiwán declaró que no buscará el enfrentamiento ni la provocación con China aunque reiteró que será fiel al programa independentista que le ha llevado al poder al solicitar la libertad de navegación a través de las disputadas aguas del mar de la China meridional. Asimismo, la presidenta declaró su intención de seguir fortaleciendo sus relaciones con Japón a pesar del desplante que ello supone al Gobierno de Pekín.
Por su parte, el Gobierno chino advirtió de que seguirá oponiéndose a cualquier actividad independentista en Taiwán. La determinación de China en cuanto a la protección de su territorio y su soberanía es “tan dura como una roca”, destacó la Oficina para los Asuntos de Taiwán del Gobierno chino en una nota difundida por la agencia de noticias oficial, Xinhua.
