“Bienvenidos a Aguilafuente, cuna del Sinodal, primer libro impreso en España”. Una sencilla pancarta colgada en el balcón del Ayuntamiento con esa frase sitúa perfectamente al visitante en el lugar donde se encuentra. Para la historia de España, Aguilafuente es, ante todo, el pueblo donde en junio de 1472 se celebró un sínodo cuyos acuerdos sirvieron al alemán Juan Parix para componer el primer libro impreso de España, ‘El Sinodal de Aguilafuente’.
Desde hace once años, los vecinos dedican un fin de semana, el primero de agosto, a recordar el libro que ha dado fama al pueblo. En poco más de una década, las gentes de Aguilafuente han interiorizado esta celebración de tal manera que, según reconoce su alcalde, Jesús Ballesteros, hoy en día “hay quien prefiere ‘Sinodal’ —así se llama esta recreación histórica— a las fiestas patronales”. El presidente de la asociación cultural “El Sinodal de Aguilafuente”, Fermín de los Reyes, constata que la iniciativa ha calado entre la gente del pueblo. “Todo el mundo se siente orgulloso de su Sinodal”, asegura. Una vez que la recreación histórica ha cuajado, ahora toca ir creciendo año a año.
‘Sinodal’ se manifiesta a través de representaciones teatrales. Las dos principales, en la iglesia de Santa María, el mismo lugar donde el obispo Juan Arias Dávila convocó el sínodo. Pero, además, a lo largo de todo el fin de semana, en distintos escenarios, se desarrollan otras escenas (16) relacionadas con el primer libro de España.
Aunque cada obra es independiente, todas llevan a una misma idea, la de resaltar la importancia que tuvo la llegada de la imprenta a España, una vez que Arias Dávila mandó venir al impresor Juan Parix de Italia.
En ‘Las fabetas’, un grupo de mujeres, analfabetas, hablan en la calle sobre cómo cambiará su vida cotidiana un nuevo invento. En ‘El impresor clandestino’ ya se adivinan las problemas que generará la rápida difusión de las ideas. En ‘El obispo y el impresor’ se aprende sobre el origen del Sinodal, las conversaciones entre Arias Dávila y Parix. También hay una escena para niños, ‘El pañuelo’, y ‘El romance de El Sinodal’.
“Es un milagro que, con todos los recortes que hay a nivel nacional, Sinodal siga saliendo adelante”, indicaba ayer Miguel Gómez Andrea, de ‘Estudio La Recua’, que se encarga a dirigir las representaciones. Para Gómez Andrea, que ayer insistía en decir que ‘Sinodal’ ha ido ganando frescura con el paso de los años, esta recreación histórica “no es ni una fiesta local ni siquiera provincial, es un acontecimiento histórico de relevancia nacional”.
Para afianzar esa última idea, los organizadores de ‘Sinodal’ invitaron a ejercer como pregonera a una primera figura de la cultura española, la directora de la Biblioteca Nacional, Ana Santos Aramburo, quien ayer no se perdió detalle de las diferentes representaciones teatrales. En su pregón, y tras afirmar que la imprenta fue el instrumento clave que permitió difundir las ideas y, así, mejorar los pueblos, Santos quiso agradecer al pueblo de Aguilafuente esta conmemoración anual que, además de suponer “una enorme difusión” para la localidad, convierte el pueblo durante unos días “en el lugar al que deberían acudir todos aquellos que creen que hay que proteger y difundir el patrimonio bibliográfico y transmitir a las siguientes generaciones hechos diferenciales de nuestra cultura”. Para acabar, la directora de la Biblioteca Nacional animó a los vecinos a que se sientan felices “por contribuir a que Aguilafuente, vuestro pueblo, sea un lugar de referencia en la historia del libro”.
