El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, confirmó ayer a una representación de la Conferencia de Rectores de las Universidades de España (CRUE) que la nota necesaria para acceder a la gratuidad de la matrícula en la Universidad será un 5,5, en línea con el Real Decreto de becas aprobado en 2012, no así la exigida para obtener una beca con dotación económica que, en principio, se mantendría en un 6,5, como plantea el borrador de una nueva norma reguladora.
No obstante, el ministro se mostró favorable a analizar la viabilidad presupuestaria de reducir también esta exigencia académica para las ayudas monetarias y se comprometió, por un lado, a luchar por conseguir una ampliación de la partida económica al estudio en los Presupuestos Generales del Estado y, por otro, a trabajar conjuntamente con los rectores para agilizar la información a los beneficiarios de las dotaciones eliminando con ello las incertidumbres.
Así lo explicó en declaraciones a los medios el rector de la Universidad Autónoma de Madrid, José María Sanz, al término de una reunión en la sede del ministerio a la que acudió junto al resto del grupo creado en la Comisión Permanente de la CRUE para trasladar sus propuestas sobre las becas: los rectores de la UNED, José Antonio Gimeno; la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez de Arellano; la Pública de Navarra, Julio Lafuente y la Politécnica de Madrid, Carlos Conde.
Según mantuvo Sanz, aunque éstos, preocupados por la «equidad» en el acceso a la universidad defienden la vuelta al cinco como «requerimiento académico razonable», reconocen que recuperarlo implicaría redactar «un decreto completamente nuevo» y aceptan que se mantenga la nota para una beca en el 5,5, siempre y cuando esta misma calificación abra la puerta a cualquier modalidad de ayuda, sea de exención de tasas o monetaria. Sin embargo, conforme desveló, el ministerio quiere aplicar el seis y medio «a otras partes de la beca» y alega que «hay un aspecto que lo complica todo, que es la fórmula que viene en el Real Decreto» para calcular los importes de las becas, diseñada con ese 6,5 como nota mínima de acceso.
De este modo, a su polémica petición contestaron que «tienen que hacer algunas simulaciones por temas presupuestarios» para saber hasta qué punto «hay posibilidades» de tocar esta exigencia académica. «Ahí es donde estamos esperando que nos den resultados y ver hasta donde pueden llegar», añadió, tras lamentar que «no ha habido compromiso porque tienen que analizar las simulaciones». «No saben qué responder, si aceptar o no», apostilló de forma contundente.
Todo ello llevó a los rectores a declararse «insatisfechos» con la reunión ya que, además, conforme recordó Sanz, mantener en un 5,5 el requisito para acceder a la exención de tasas universitarias responde a un «compromiso que ya adquirió» el Ministerio de Educación con las comunidades autónomas en la Conferencia de Política Universitaria.
Otra de las reclamaciones que llevaban bajo el brazo los rectores es el incremento del presupuesto general para las becas. «Es un aspecto importante el compromiso por parte del ministerio de intentar conseguir en los presupuestos una mayor partida para las becas», puntualizó el rector de la Autónoma. No obstante, reconoció que «existe el compromiso de trabajar por ello, aunque la decisión final estará en el Ministerio de Hacienda».
Asimismo, Sanz informó de que el tercer gran eje de la reunión versó sobre la «preocupación» de los rectores ante la «incertidumbre» de los becarios por no saber hasta la resolución de la convocatoria si les será reconocida la beca y con cuánto dinero contarán, ya que el nuevo sistema establece una parte de la ayuda que es de carácter variable.
«Ahí también hay compromiso mutuo de trabajar conjuntamente para que la información llegue lo antes posible y los becarios puedan saber de qué cantidades pueden disponer», precisó.
