Tal y como estaba previsto, y con la dura crítica de la práctica totalidad de los partidos democráticos, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, firmó ayer el decreto de convocatoria de elecciones para el 20 de noviembre, y expresó su «confianza absoluta» en el futuro de España, convencido de que «más pronto que tarde» se superarán las dificultades con el trabajo de todos.
El dirigente socialista compareció en La Moncloa para dar cuenta del decreto de disolución de las Cortes y de convocatoria de los comicios después de presidir un consejo de ministros extraordinario y de informar en la Zarzuela a Su Majestad el Rey, que rubricó la norma, que saldrá en el BOE hoy. La campaña electoral comenzará el 4 de noviembre y la sesión constitutiva de las Cortes se celebrará el 13 de diciembre.
«Hoy se abre el tiempo político de los candidatos y de las fuerzas políticas, de que formulen y contrasten sus propuestas y que los ciudadanos puedan decidir libre, serena y conscientemente sobre ellas», manifestó.
Para Zapatero, no era un día de balance de su labor porque, como recordó, el Ejecutivo seguirá ejerciendo «la plenitud de sus funciones constitucionales» hasta el 20 de noviembre. Eso sí, negó que fuera a llevar a cabo algún tipo de medida económica, si bien, como el leonés ha demostrado sobradamente en sus siete años y medio en el poder, las sorpresas son su especialidad.
Ante la polémica suscitada sobre la necesidad o no de aprobar determinadas previsiones presupuestarias para 2012, el secretario general del PSOE reiteró que la fecha de las elecciones permite que el nuevo Gobierno que salga de las urnas se haga cargo «de todo el nuevo ejercicio financiero».
Según apuntó el leonés, las reformas y ajustes en marcha «deben y están produciendo sus efectos», fortaleciendo la credibilidad de España en los mercados e instituciones internacionales, aunque no se puede olvidar el contexto europeo de «dificultad» por la incertidumbre que todavía rodea a Grecia.
Al culminar una etapa en la que pone fin a la «actividad política de primera línea», quiso dar las gracias a todos los ciudadanos por haberle confiado la responsabilidad de dirigir el Gobierno de España ya que no es capaz de «imaginar un honor mayor». Eso sí, eludió una y otra vez las preguntas de los periodistas sobre su bagaje.
Zapatero expresó ante los medios de comunicación que tiene claro que la campaña electoral la protagonizan los candidatos y, aunque señaló que colaborará con su partido «en todo aquello que sea menester», no se espera que tenga un papel muy activo, por decirlo en términos eufemísticos. Y es que ya en las municipales demostró que su atractivo había desaparecido por completo. Todo apunta a que sus apariciones serán poco menos que testimoniales.
Posiblemente, no le habrá hecho mucha gracia al autoproclamado defensor feminista -así lo dijo en la campaña electoral de 2008- que su partido solo tenga como cabezas de lista al Congreso de los Diputados a 17 mujeres -13 lo fueron hace tres años y medio-. Atrás quedó la promesa de Rubalcaba de llegar a duplicar los números de su antecesor.
Asimismo, Zapatero tuvo también palabras de «profunda gratitud» para todos los ministros, altos cargos y colaboradores que le han acompañado desde 2004, y agradeció el «intenso» trabajo desarrollado por el Parlamento en las últimas semanas y a lo largo de toda la legislatura, obligado, según sostuvo, por el ritmo que ha impuesto «el duro combate contra la crisis».
Al hacer balance de las medidas adoptadas desde que a finales de julio anunció el adelanto electoral, destacó la importancia de la reforma constitucional, una iniciativa de «indudable calado para la credibilidad y el futuro del país». Recordó asimismo las 12 leyes que se han aprobado definitivamente en esta última etapa, porque su tramitación estaba muy avanzada en el Parlamento, y puso como ejemplos la ley de reconocimiento y protección integral a las víctimas del terrorismo o la de salud pública. A esas normas se añaden los seis decretos con nuevas medidas económicas remitidos al Congreso por el Ejecutivo entre agosto y septiembre.
