Si la economía fuera un cuento de hadas y el presidente Zapatero ese personaje cuyos deseos finalmente se hacen realidad, España estaría camino, no ya de superar la recesión, sino de liderar una nueva época de prosperidad sin igual. Tras asegurar que la vuelta al crecimiento es «inminente» y prometer que impulsará una reforma laboral y otra del sistema de pensiones, ambas a lo largo de esta legislatura, el inquilino de Moncloa recurrió ayer a su ya mítico optimismo y restó toda importancia al hecho de que la agencia de calificación Standard & Poor’s (S&P) haya rebajado las perspectivas crediticias de España por los desequilibrios del país y el deterioro de las finanzas públicas.
Ahora, la perspectiva del crédito soberano español ha pasado de «estable» a «negativa», por entender S&P que «aún no se han materializado» las acciones políticas «fuertes» que permitan atisbar una recuperación económica estable y sostenible.
No obstante, por más que incluso el propio Banco Central Europeo considerara que ese «aviso» es «difícil de rebatir», el socialista se limitó a recordar que las otras dos grandes agencias -Fitch y Moody’s- mantienen la máxima calificación, y sostuvo que el Tesoro se está financiando «en condiciones absolutamente normales».
Una vez dado semejante capotazo, Zapatero continuó con la presentación del tercer Informe Económico en un acto celebrado en el complejo de La Moncloa durante el que prometió que, junto a la Ley de Economía Sostenible y las demás iniciativas que la acompañarán, el Gobierno impulsará una reforma laboral y otra para garantizar el futuro de la Seguridad Social.
En cuanto a los ajustes laborales, el socialista comentó, difuso, que deberán «fortalecer a las empresas sin debilitar a los trabajadores» y que confía en alcanzar un «primer acuerdo» con patronal y sindicatos a lo largo del primer trimestre del año que viene.
Por lo que respecta al sistema de pensiones, el Ejecutivo entregará en enero sus propuestas a los grupos parlamentarios y los interlocutores sociales.
Balance positivo
Durante su discurso, Zapatero justificó el retraso en la presentación del documento -el primer año el informe se dio a conocer en abril y el segundo en junio- para poder ofrecer datos sobre la aplicación del Plan de Estímulo de la Economía y el Empleo (Plan E). Según el jefe del Ejecutivo, de no ser por los dos principales fondos utilizados a lo largo de 2009, el Estatal de Inversión Local, de 8.000 millones, y el llamado de Estímulo de la Economía, de 3.000 millones, habría medio millón de parados más y la tasa rozaría el 20 por ciento frente al 18 actual.
Además el leonés censuró a quienes buscan la «imagen peyorativa de un abrir y cerrar zanjas o un levantar aceras inútil» a la hora de hacer balance del mencionado Plan E, porque las inversiones ejecutadas acreditan hasta qué punto tales descalificaciones «no responden a la realidad».
Zapatero defendió luego al sistema financiero, pues, según recordó, al contrario que en otros países, no ha necesitado del dinero de los contribuyentes, sino, bien al contrario, las ayudas a la banca reportan beneficios. Según sus cuentas, nada menos que 1.000 millones en comisiones del programa de avales del Tesoro, y otros 600 que se lograrán en 2010 a cuenta del Fondo de Adquisición de Activos.
Ahora, prosiguió el socialista, «hay que lograr que la actividad crediticia pueda apoyar la recuperación», y los esfuerzos en los próximos meses se deben centrar en una «rápida racionalización» del tamaño del sistema financiero, para lo que se ha diseñado el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
